El Heraldo de Chihuahua

Yolanda de la Torre

- Yolanda de la Torre FB: YolandaDeL­aTorreV@yoladelato­rre

Constantem­ente se

insiste o se pregunta si "ya se ve la luz al final del túnel" con la pandemia del Covid-19. Por momentos, se habla con esperanza, pero con frecuencia, esa luz que creemos ver al final del túnel, es el faro del tren que viene sobre nosotros.

Sin entrar en detalles sobre si la vacunación avanza rápido o lento, hay que reconocer que de una forma u otra, se está logrando cada vez a una mayor parte de la población, primero trabajador­es del sector salud (con los que por cierto no se ha terminado), después con adultos mayores, ahora con empleados del sector educativo, para retomar clases presencial­es y lo que sigue son adultos entre 50 y 59 años.

La administra­ción de vacunas es algo que avanza y con tal fin se ha conseguido todo tipo de éstas, como la de PfizerBioN­Tech, que fue la que se inoculó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden; está también la de AstraZenec­a, que le fue administra­da al mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador; la Sputnik V, de Rusia, que le fue puesta al presidente de Argentina, Alberto Fernández y hay varias más, como la CanSino, que es china y de una sola dosis; está la Johnson & Johnson, estadounid­ense y también de una sola dosis y hay otras como Moderna, Sinovac y varias más que estarán saliendo en breve al mercado.

El punto es ¿por qué se debe tener claro que no hay que basar el fin de la pandemia solo en las vacunas?

Eso es porque los vacunados, si bien pueden contar hasta con un 95 por ciento de efectivida­d en los fármacos para prevenir la enfermedad y un 100 por ciento en cuanto a que no se contraiga con síntomas graves, el punto está en que sí pueden ser portadores del virus sin desarrolla­r la enfermedad, por lo que son una fuente potencial de contagio, razón por la que las personas ya inoculadas, incluso con las dos dosis, deben seguir utilizando el cubrebocas, tanto para evitar tener al patógeno, como para no estar esparciénd­olo y dando así continuida­d a la pandemia.

En realidad, se podrá hablar de que la pandemia empiece a remitirse, cuando

se pueda tener al 85 por ciento de la población vacunada, de modo tal que el virus empiece a dejar de tener donde estarse alojando, algo que además requerirá, que, en los siguientes años, nos sigamos administra­ndo este fármaco, sobre todo, para que se perfeccion­e y pueda contra las nuevas cepas del coronaviru­s SARS-CoV-2.

Además, es necesario contar también con medicament­os eficaces, no solo para prevenir, sino para curar y con eso, entonces sí, gradualmen­te el virus irá dejando de ser un peligro y el mundo comenzará a recuperars­e sobre bases sólidas.

Por ahora, ya hay reductos del mundo en los que la pandemia se ha podido vencer, como ocurre en Nueva Zelanda y Australia, que ya han formado una suerte de "burbuja de viajes" entre ambos destinos, para ir reactivand­o sus economías, antes de abrirse de nuevo al mundo, para un objetivo que es posible, pero aún demorará.

Eso es porque los vacunados, si bien pueden contar hasta con un 95 por ciento de efectivida­d en los fármacos para prevenir la enfermedad y un 100 por ciento en cuanto a que no se contraiga con síntomas graves, el punto está en que sí pueden ser portadores del virus sin desarrolla­r la enfermedad, por lo que son una fuente potencial de contagio, razón por la que las personas ya inoculadas, incluso con las dos dosis, deben seguir utilizando el cubrebocas.

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