El Heraldo de Chihuahua

Luis Rubén Maldonado

- Luis Rubén Maldonado A.

Cuando todos los demás candidatos se cuelgan de la marca Morena para avanzar en sus aspiracion­es en pos de una diputación o sindicatur­a, hay quienes quieren separarse de la marca que ha traído muerte, pobreza, robo de agua, corrupción y decepción. No los culpo, pero también es una cuestión de ego del propio personaje en el cual me centro el día de hoy: Marco Morena.

Sí. Marco Morena. Otros me dirán que su acta de nacimiento dice otro apellido. Es verdad, pero, así como cambia de conviccion­es, cambia de aliados, amistades y hasta cambia de partido. Entonces, si cambia de partido, ¿por qué no cambiarle el apellido, también?

Pues, el hoy candidato a la alcaldía por el partido de Juan Carlos Loera, Marco ha dejado atrás el Quezada para convertirs­e en Marco Morena y abanderar los magníficos logros del partido que gobierna el país actualment­e: el atraco más grande de agua en la historia de Chihuahua, los más de 200 mil muertos por la ineficaz respuesta del gobierno federal, los recortes a los refugios para mujeres en situación de violencia, entre otras medallitas.

Y se entiende que Marco Morena busque separarse del partido que lo postula, segurament­e le debe dar mucha vergüenza, pero él (hasta donde me informaron desde Morena) estuvo rogando por ser candidato de ese partido y utilizó conductos diversos para convencer a las “bases” de ser nominado.

Marco Morena quiere borrar su pasado priista de un plumazo: fue un dirigente inmiserico­rde con quienes lo criticaban; como alcalde fue intolerant­e y adicto a los aplausos grabados. Como exalcalde fue malagradec­ido y un traidor consumado y comprobado.

Marco Morena y Juan Carlos Loera son la pareja perfecta. ¿Quién los presentarí­a? Pues, nada más y nada menos que el gobernador Javier Corral.

La coordinaci­ón de campaña, tanto de Marco Morena como de Loera de la Rosa está en Palacio de Gobierno. De eso no hay duda alguna.

Incluso, hay quienes aseguran que Alejandro Domínguez (presidente estatal del PRI) es parte de la coordinaci­ón de campaña de Marco Morena, al haber abandonado a Sergio Carrillo y demás candidatos a su suerte y por eso, afirman en el PRI, desde la Dale operan para Marco Morena.

Lo cierto es que este círculo corralista (Marco Morena, Loera, Domínguez) están fusionados en el mismo interés: división, pleito, diatriba y lastimar a Chihuahua. Su único motor es el hambre de poder y satisfacer apetitos personales.

La realidad sólo exhibe la ecuación: Marco Morena es igual a Corral y Corral es igual a Loera.

Téngalo en cuenta a la hora de votar.

ULTIMALETR­A

Cuando una película se mostró en la alcaldía y fue mala, una segunda no vale la pena repetirla. Aunque haya pasado una década desde su estreno, la película no deja de ser mala.

luisruben@plandevuel­o.mx

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