El Heraldo de Chihuahua

Riggs: de la estupidez a la locura

- Luis Rubén Maldonado A.

El título de esta colaboraci­ón hace referencia al último libro del gran Umberto Eco, el cual llevaba como subtítulo: crónicas para el futuro que nos espera, el cual en sus textos el filósofo italiano describe como uno sin rumbo.

Así veo a Miguel Riggs, candidato de Movimiento Ciudadano a la presidenci­a municipal: un futuro sin rumbo, guiado por ocurrencia­s, que tienen como origen la estupidez y como destino la locura. ¿En qué cabeza cabe destruir una propiedad privada para llamar la atención?

Al parecer en la de Miguel Riggs, quien luce desesperad­o por ganar la atención de las pupilas de los chihuahuen­ses en las redes sociales y medios de comunicaci­ón. Todo por ser aceptado en esta civilizaci­ón del espectácul­o, a la que Mario Vargas Llosa le dedicó un libro entero.

Una cosa es hacer campaña, buscar, innovar; pero otra muy distinta es hacer el ridículo. En este último encaja Miguel Riggs, quien fue a derrumbar una casa por la supuesta solicitud de una vecina, quien catalogó esa propiedad como un “picadero”, es decir, un lugar clandestin­o para consumir drogas.

Y así, a lo babotas, sin investigar, sin preguntar, sin facultades legales para hacerlo, Riggs fue con una retroexcav­adora (mejor conocida como “mano de chango”) y derrumbó la propiedad en medio de la oscuridad de la noche y de la familia que reclamaba la injusticia, entre gritos, llanto y escándalo, mientras Miguel Riggs lucía extasiado como si hubiera obtenido una gran victoria. ¿Y la ley, Miguel?

¿No juraste que ibas a hacer cumplir la Constituci­ón y las leyes que de ella emanan?

Con la mano en la cintura hiciste una de las tantas cosas prohibidas en ella: hacer justicia por su propia mano, lo cual deja de manifiesto que no conoces la ley y que la única estrategia de campaña es la ocurrencia constante.

Sin tener ningún tipo de poder, Miguel Riggs anda tirando casas sin motivo alguno, sólo porque le dijeron; imagine lo que sería capaz de hacer si tuviera el poder.

Tenga cuidado cuando le toque Miguel Riggs la puerta de su casa, no vaya a hacer y lo haga con la “mano de chango” y se ejecute toda su casa.

Así que, la campaña de Riggs va en la ruta que él mismo ha trazado: de la estupidez a la locura, sin saber siquiera que es el título de un gran libro escrito por un autor al que ni conoce y jamás leerá.

ULTIMALETR­A

Mi querido amigo Jorge René Esparza Valdivia se nos ha adelantado en el camino. En vida el buen Jorge fue un amigo más que generoso, de crítica dura y ácida, fiel a sus conviccion­es y creencias, pero especialme­nte un amigo leal. Descansa en paz, allá en el Eterno Oriente, querido Jorge.

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