Reforma eléctrica violará el T-MEC
A quienes nos tocó vivir en un México cerrado al exterior, recordamos la poca variedad de los productos que consumíamos y los altos precios de los mismos. En aquellos años quienes podíamos ir a El Paso era como ir a Disneylandia, con una gran variedad de productos y bajos precios, que traíamos al país después de pagar la obligada “mordida” a los aduanales. Luego llegaron los 80 después de la decena trágica de Echeverría y López Portillo y la economía comenzó a abrirse. Esto provocó una reacción en contra de todos los que hoy se rasgan las vestiduras en aras del nacionalismo socialista malentendido. Pues estos personajes ahora están a la cabeza del gobierno tratando de deshacer todos los esfuerzos realizados para la apertura que se ha venido realizando durante los últimos 40 años, y cuya culminación fue el TLC, con innegables resultados positivos, en lo económico, en desarrollo de infraestructura, empleo, salud, desarrollo de empresas, incremento del ingreso y reducción, aunque sea modesta de la pobreza, etc., etc.
Lo anterior viene colación por el último ataque del gobierno al mercado libre y a la apertura comercial, así como la seguridad jurídica que debería otorgarse tanto a empresas nacionales como extranjeras.
La reforma eléctrica propuesta por el gobierno en fechas recientes es un retroceso en los esfuerzos de integración regional, lo han indicado los sectores privados de los tres países. “Los países de América del Norte han invertido muchos años y un gran esfuerzo para integrarse a la región. La propuesta de Reforma Constitucional representa un retroceso frente a dichos esfuerzos y se aleja de los acuerdos logrados para fortalecer los lazos entre los países miembros”.
De ser aprobada, la reforma constitucional a la industria eléctrica destruirá las inversiones privadas realizadas en México y violará los compromisos adquiridos en el acuerdo comercial T-MEC, por lo que Canadá y los Estados Unidos han manifestado su total rechazo.
La cancelación de los permisos eléctricos impedirá a las empresas eléctricas privadas generar electricidad, destruyendo sus inversiones bajo los modelos de negocios conforme a la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica y la Ley de la Industria Eléctrica.
La desaparición de los entes regulatorios, además de la incorporación del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) a la CFE, tendrá como resultado una regulación inequitativa que afectará la libre competencia, lo que aumentará las ineficiencias en el mercado eléctrico y en el abasto de combustibles.
La libre competencia entre diferentes empresas de los sectores público y privado es necesaria para la seguridad energética y la competitividad del país.
La importancia de la inversión de empresas privadas para abastecer energía eléctrica es de suma importancia en la activación de la economía del país, lo cual incentiva el desarrollo social, ofreciendo tarifas más bajas y mejores condiciones de sustentabilidad y protección al medio ambiente.