Diálogo nacional por la paz
La Conferencia de Religiosos y Religiosas de México, el Episcopado Mexicano y la Congregación de los Jesuitas de México han convocado a una segunda etapa del Diálogo Nacional por la Paz.
En el documento elaborado para esta convocatoria comenta que preocupados por una política de seguridad que en 18 años no ha dado resultados e indignados ante la indolencia gubernamental por el incremento del control territorial por parte de la delincuencia se convoca a diversos actores para emprender para emprender acciones que impulsen el diálogo, la articulación y la incidencia.
En el documento se explican las tres acciones principales a realizarse durante el mes de febrero. A nivel local se invita a las escuelas y vecinos e iglesias para realizar conversatorios para la acción por la paz buscando dialogar sobre las preocupaciones actuales, definiendo acciones para aliviar el sufrimiento, sensibilizar a la población y generar cambios en los contextos inmediatos. Para el nivel estatal se convoca a las Universidades, la Sociedad Civil, empresarios, gobiernos locales y diversos colectivos para participar realizando una agenda local de paz, que tiene como objetivo construir propuestas para la articulación, formación e incidencia, promoviendo condiciones sociales para la paz desde la corresponsabilidad.
Y en el tercer nivel de la Convocatoria al Diálogo Nacional Por la Paz, el nivel Nacional se convoca a los especialistas en seguridad, justicia, tejido social, derechos humanos, cárceles, adolescencia y gobernanza a elaborar Estrategias de Políticas Públicas para la Paz, destinadas a ser entregadas a todas las candidaturas a cargos de elección popular a través de la Red Nacional de Paz.
Es interesante reconocer los datos de su portal que mencionan que a lo largo de 18 meses en su primera etapa han compilado opiniones de más de 20,000 personas y 1,600 instituciones en muchos foros alrededor de todo el país. Se describen como un movimiento diverso, formado por personas decididas a construir la Paz en México, y la comunidad está compuesta por jóvenes, mujeres, hombres, víctimas de la violencia, pueblos indígenas, trabajadores, adultos mayores y representantes de todas las comunidades del País. De su agenda nacional se proponen actividades como impulsar el apoyo hacia las víctimas de la violencia, promover procesos de salud mental en las familias y en las comunidades para atender las secuelas de las violencias y muy importante promover en las escuelas una educación para la paz y ambientes que ayuden a una mejor convivencia social.
Promover actividades para recuperar el espacio público como lugar de encuentro y la organización comunitaria, también reconocer dignificar y recuperar el liderazgo de las policías municipales y comunitarias. Ojalá que iniciativas como éstas encuentren eco en nuestras comunidades.