En México sólo existe un yacimiento de Litio que tiene viabilidad económica y está en Bacadehuachi, Sonora; durante una década la empresa china Gangfeng ha invertido más de 600 millones de dólares para explotar en llamado oro blanco
ERMOSILLO. Tras más de 10 años de trabajos de exploración y de desarrollar un proceso para el beneficio del litio a partir de arcillas, el proyecto encabezado desde 2022 por la empresa china Gangfeng está sobre la cuerda floja y para llenar su lugar el Gobierno de México creó la paraestatal LitioMx, que, a un año de su fundación, no se le ve futuro, de acuerdo a los especialistas, que aducen varias razones.
En 2021, Gangfeng Lithium invirtió 370 millones dólares para obtener el 28.8 por ciento del capital corporativo de Bacanora Lithium y el 22.5 por ciento del proyecto de Bacadehuachi, donde se estima que hay ocho millones de toneladas de reserva del mineral.
Este acuerdo le otorgaba a Gangfeng el derecho a adquirir el 50 por ciento de las 17 mil 500 toneladas de carbonato de litio que se producirán durante la fase 1, estimado a iniciar en 2023 y el 75 por ciento de las 35 mil toneladas que se producirán en la fase 2, de acuerdo con la página de la propia empresa.
Posteriormente, a finales de 2022, el gigante chino pagó 264 millones de dólares más para quedarse con el 100 por ciento de las acciones de la empresa anglocanadiense, pese a que ya existía el rumor de que el gobierno mexicano pensaba nacionalizar el producto.
En contraste, LitioMx no tiene presupuesto suficiente, carece aún de un sistema probado para el beneficio del mineral, en el último periodo los precios del metal han bajado y sobre la mesa está una reforma minera promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador que pretende prohibir la minería a cielo abierto, sin mencionar que en un año no ha producido un solo gramo del llamado oro blanco.