La Doctrina Monroe versión Donald Trump
El 2020 está dejando innumerables experiencias a causa del impacto de la emergencia sanitaria del Covid-19, primero por la necesidad de realizar los esfuerzos de contención y control, segundo por los quebrantos a la economía mundial y, por último, los esfuerzos por recuperar el dinamismo de la globalización y evitar mayores quebrantos a las economías nacionales que tengan impactos en la gobernanza de los países.
Pero de igual manera, el 2020 es un año fundamental para el mundo por la elección presidencial en Estados Unidos (EU), la cual redefinirá el rol que habrá de tener esta nación en las próximas décadas, pensando sobre todo que en los últimos años, la Unión Europea y sobre todo la República Popular de China (RP de China), cada vez tiene un papel más protagónico a razón de la iniciativa de One Belt, One Road, que es un relanzamiento de la antigua ruta de la seda, pero con claros fines expansionistas alrededor del mundo.
Con este escenario, EU habrá de escoger entre la actual postura del presidente Donald Trump de una política exterior dura y unilateralista, y por otro lado, la de Joseph Biden negociadora y multilateral, que seguirá sin duda lo que se llevó a cabo en el mandato de Barack Hussein Obama. En este sentido, y ante una mayor presencia de los intereses de la RP de China en América Latina, sobre todo en países claves para el control regional, como son Argentina, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela, a través de su red de bancos como son, el Industrial and Commercial Bank of China, China Construction Bank Corporation, Agricultural Bank of China y el Bank of China, que además se ubican dentro de los primeros 10 bancos del mundo.
Con una cada vez mayor presencia china en América Latina, el gobierno del presidente Trump ha hecho suyo el posicionamiento doctrinal de James Monroe, de hacer de América, del continente-isla, su bastión para el sostenimiento de su liderazgo global, por ello, el proceso de sucesión en el cargo de Presidente del BID, fue una especie de golpe de timón, pues por primera vez, el cargo lo tendrá un estadounidense ya que desde que fue creado este banco regional en 1959, todos sus presidentes desde su fundador, el chileno Felipe Herrera Lane (1960-1971), han sido latinoamericanos, incluyendo al mexicano Antonio Ortiz Mena (1971-1988).
Por ello, no es extraña la postulación e imposición de Mauricio Claver-Carone como nuevo presidente del BID, quien venía fungiendo como Asistente Adjunto del presidente Trump, además de ser Director Senior de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de EU. El mensaje es claro: no aceptar más la injerencia china al interior del continente americano a través de apoyos financieros.
El próximo gobierno de EU, a partir de enero de 2021, tiene el gran reto de hacer valer, que esta nación, es la líder del mundo democrático y de la libertad económica, pues de no hacerlo, la RP de China en las próximas décadas superara a EU, de ahí la importancia de ejercer su hegemonía desde el continente americano, de ahí que, el 2020 cerrará con más sorpresas, pero también, establecerá un endurecimiento del enfrentamiento geopolítico indirecto entre la RP de China y EU, con pronósticos reservados.