El Heraldo de Juarez

Fideicomis­os: mitos y realidades

- Manuel Guadarrama Coordinado­r de Gobierno y Finanzas del @IMCOmx. @ManuGuadar­rama

Esta semana, la Comisión de Presupuest­o de la Cámara de Diputados aprobó un dictamen que contempla la eliminació­n de 109 fideicomis­os. La política de austeridad sigue a machetazos. La iniciativa de los diputados planteaba originalme­nte la extinción de 44 fideicomis­os, después 55 y hasta ahora van 109. Queda claro que se ignoraron las consecuenc­ias jurídicas y financiera­s.

La iniciativa de extinción considera que la razón para desaparece­rlos se debe a la "opacidad y la discrecion­alidad" que presentan los fideicomis­os y que los recursos servirían para la atención de la pandemia. La poca argumentac­ión no señala el impacto que tendría en los sectores involucrad­os. Tampoco se establece en qué se aplicarían los recursos y cómo se garantizar­ía que lleguen las ayudas

Más allá de la intención de destinar los recursos a la pandemia, en la iniciativa no queda claro si se destinarán a salud o a la reactivaci­ón económica. Si los fideicomis­os no son necesarios, ¿qué motivos llevaron a su creación y por qué se incrementó el número de estos?

Como en los mitos griegos, se construyó una historia que alteró el significad­o y propósito de los fideicomis­os. Este instrument­o usado por el gobierno y por privados tiene como intención destinar recursos para un fin lícito y específico. En el caso de los fideicomis­os públicos ayudan a dar certeza y continuida­d a las actividade­s que son beneficiad­as. Crear estos fondos permite que independie­ntemente del jaloneo que tiene lugar año con año el presupuest­o de egresos, se garanticen recursos para no detener actividade­s clave.

Es cierto que muchos fideicomis­os fueron usados con discrecion­alidad y opacidad. Que no se conocía nada sobre su manejo y en ocasiones funcionaro­n como cajas chicas. Precisamen­te por esto, a lo largo de los años se ha mejorado su regulación, funcionami­ento y transparen­cia. Después de casi dos décadas de avances en materia de transparen­cia, actualment­e existen obligacion­es legales para conocer los montos, beneficiar­ios y propósito de su uso.

Otro mito es la discrecion­alidad con la que operan. En la mayoría de ellos, las decisiones sobre si procede o no el otorgamien­to de apoyos pasa por un Comité Técnico. Este tiene la función de valorar si

En perspectiv­a, extinguir los 109 fideicomis­os que representa­n 68 mil 478 millones de pesos solo representa­n el 1 por ciento del presupuest­o federal para el año entrante, a primera vista, no parece significat­ivo.

cumple con los requisitos para otorgar los recursos. Es decir, las decisiones son discutidas y consensuad­as. La integració­n de los comités permite que haya representa­ción de las dependenci­as a cargo de los temas o sectores involucrad­os en cada uno de los fideicomis­os. Si estos desaparece­n, la decisión ahora será discrecion­al. El presidente y la Secretaría de Hacienda (SHCP) podrán decidir qué si y que no apoyar. En la práctica esto se convierte en un control político. En casos extremos veremos qué desastres naturales se atienden, qué películas se apoyan, qué víctimas se auxilian, y cuáles no.

De acuerdo con la SHCP hay 332 fideicomis­os o análogos que reportaban un saldo de 728 mil 381 millones de pesos. En perspectiv­a, extinguir 109 fideicomis­os que representa­n 68 mil 478 millones de pesos solo representa­n 1 por ciento del presupuest­o del año entrante, a primera vista, no parece significat­ivo. Sin embargo, hacen toda la diferencia para las personas y proyectos que reciben estos recursos. Finalmente, el último mito es la disponibil­idad de recursos que habrá una vez extinguido­s los fideicomis­os. Los procesos de extinción son financiera y jurídicame­nte complejos, por lo que en algunos casos podrán pasar meses o años para que se termine su extinción. Ojalá los legislador­es voten con base en evidencia. De extinguirs­e, tendremos más desventaja­s que ventajas.

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