Comenzará la lluvia de renuncias en el gabinete
Las aspiraciones de quienes forman parte del gabinete del Presidente de la República cambian conforme se acercan los procesos electorales y el gobierno de la Cuarta Transformación, no es la excepción.
Desde que inició el año, algunos funcionarios comenzaron a mover sus fichas, a buscar espacios en los medios de comunicación, a consolidar apoyos y a ser más “mediáticos” en sus discursos. El 7 de septiembre oficialmente inició el proceso electoral más grande y complejo en la historia reciente del México democrático, en el que podrán participar 95 millones de ciudadanos, residentes tanto en el país como en el exterior.
Para el 6 de junio del próximo año, estarán en disputa 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas, mil 63 diputados de 30 congresos locales y mil 926 ayuntamientos en 30 estados. Una gran bolsa de trabajo en esta época de crisis.
Ante este escenario electoral, se prevé que antes de concluir octubre haya una cascada de renuncias en el primer círculo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin duda, las campañas y la jornada electoral del próximo año servirán como un medidor de la popularidad presidencial y así lo confirma las declaraciones que hizo Alfonso Durazo el pasado 1 de octubre, cuando reconoció públicamente sus aspiraciones a la candidatura de Morena por Sonora.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, dijo:
“Por mi trayectoria política-administrativa, por mi vinculación al estado, sería mi interés participar en este proceso con deseo de extender la política de la 4T”, aunque después aclaró que “una secretaría de Estado no se deja de ninguna manera en forma burocrática. Tendría, en su caso, que hablar con el Presidente y solicitar su autorización”.
La autorización presidencial que busca Alfonso Durazo, es la confirmación de la confianza de AMLO para que su colaborador salga a la calle a buscar el voto, donde realmente se confirma la aceptación o el rechazo ciudadano de cómo se está llevando el gobierno.
En la carrera por la gubernatura de Campeche, Layda Sansores no tiene adversarios a vencer o por lo menos alguien que le pueda restar votos. Además, tiene suficiente capacidad para enfrentar adversidades.
Cuando Carlos Sansores se desempeñó como diputado federal por primera ocasión (1949-1952), después de una intensa batalla electoral, ahí estaba Layda, junto a su padre.
Cuando “El Negro” Sansores accedió a la presidencia de la Cámara de Diputados (1951), pasando por encima de viejos priistas, ahí estaba su hija Layda.
Cuando su padre, Carlos Sansores Pérez, se lanzó a la lucha contra Alberto Trueba Urbina (1955), quien ganó pero resultó ser un mandatario loco, ahí estaba Layda.
Lo mismo ocurrió cuando el PRI decidió poner en manos de Carlos Sansores la dirección del partido (1949-1952) y hubo una intensa lucha interna, ahí estaba Layda.
Quienes dicen, con el fin de descalificarla, que Layda no tiene suficiente experiencia, se equivocan porque aún como alcalde de Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, Layda ha dado muestra de sus capacidades.
Conforme se acerca el fin de año, veremos a varios colaboradores de AMLO dejar sus cargos, algunos con el respaldo de sus resultados y otros por la ambición de poder.
Y hasta la próxima semana, en mismo espacio. este