El Heraldo de Juarez

Volver a cuidarnos: nuestra responsabi­lidad

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El pasado 13 de marzo la OMS declaró que el SARS-CoV-2 era algo más que un brote, nos advirtió que estábamos ante una nueva pandemia, y que no terminaría pronto.

En aquel momento, los gobiernos de todos los niveles en el mundo se movilizaro­n para evitar que la enfermedad se transforma­ra en una catástrofe para nuestras ciudades, estados y países. Se reconvirti­eron las camas hospitalar­ias para brindar atención a los enfermos de Covid-19, se establecie­ron protocolos estrictos en los centros de salud, y se invirtiero­n enormes cantidades de dinero para equipar al personal, de manera que pudiera protegerse del contagio.

Asimismo, algunas administra­ciones locales –como el caso de Chihuahua capital– se dedicaron a hacer lo que estaba al alcance de sus facultades y recursos. Invertimos millones en abastecer de alimento a los sectores más vulnerados por el paro de actividade­s, elaboramos grandes campañas de concientiz­ación para la población; entregamos insumos para la higiene en las colonias con mayor nivel de marginació­n en la ciudad; y en nuestro caso, incluso elaboramos de la mano de la ciudadanía un robusto plan de reactivaci­ón económica para darle un nuevo empuje a los negocios locales, de modo que pudieran enfrentar la gran crisis que estamos atravesand­o.

Hoy, nos encontramo­s en un panorama especialme­nte complejo. Hace apenas un par de semanas, el gobierno del Estado anunció el paso de color naranja a color amarillo en el semáforo de contagios. Esto, lejos de ser tomado como una forma de darle un respiro a la economía, fue interpreta­do por la mayor parte de la población como un permiso para volver a las reuniones masivas y a una movilidad intensa por la ciudad.

Desgraciad­amente, las consecuenc­ias de estas acciones no tardaron en ser notables, y ahora tenemos un sistema de salud al borde de la saturación.

Como autoridade­s municipale­s llega a ser frustrante la incapacida­d de comunicarl­e a la ciudadanía la urgencia de tomar esto con la seriedad que merece. EL CORONAVIRU­S ES REAL, Y NUESTRA GENTE ESTÁ MURIENDO.

Desde marzo, las autoridade­s nos encontramo­s

Todos estamos juntos en este barco, y de todos depende que no se hunda en esta tormenta. Si uno no se cuida, expone a todos aquellos con los que tiene contacto.

trabajando intensamen­te por encontrar el mejor camino para atender esta crisis, pero desgraciad­amente, NO HAY NADA QUE PODAMOS HACER SIN EL COMPROMISO PERSONAL DE CADA UNO EN LO INDIVIDUAL.

Esta pandemia ha dejado expuesto como nunca, que para el lograr el bien común, nunca será suficiente el trabajo de un gobierno en solitario. Siempre será necesario del compromiso personal de cada uno; y esta situación así nos lo exige.

Junto con el coronaviru­s estamos sufriendo de una pandemia de pensamient­os errados como: “El COVID no existe, es un invento”, o “no pasa nada, no es más que una gripe”, “estoy joven y sano, no me afecta”, o incluso “si me tiene que dar que me dé”.

Todas esas ideas representa­n un enorme peligro, pues ante una pandemia como esta, nadie puede creer que vive solo en el mundo. Todos estamos juntos en este barco, y de todos depende que no se hunda ante esta tormenta. Si uno no se cuida, no solo pone en riesgo su propia vida, sino que expone a todos aquellos con los que tiene contacto directo o indirecto.

Todos estamos cansados, y todos quisiéramo­s que las cosas no fueran así, pero una vez más, urgimos a la población a que tome en serio esta pandemia. No hay acción más efectiva para salvar las vidas de nuestra gente, que asumir la responsabi­lidad personal de volver a cuidarnos todos.

Para tiempos difíciles, la unidad es el único camino posible. Por ello, desde mayo habilitamo­s una línea de orientació­n psicológic­a y médica para brindar apoyo a la ciudadanía. Misma que se encuentra funcionand­o y disponible en estos momentos.

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