¡Retroceder... para centralizar!
El Presidente
de la República ha empeñado su palabra y su esfuerzo en enviar una iniciativa de ley este periodo de sesiones del Congreso de la Unión que ya inició con la intención de desaparecer dos órganos autónomos; el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y el Instituto Federal de Telecomunicaciones, en sus expresiones el Presidente habla de cambios, sin ingenuidad debemos entender que se pretende su desaparición y nos dice que sus funciones se trasladarían en el caso del INAI a la Secretaria de la Función Pública, la Fiscalía Anticorrupción y la Auditoria Superior de la Federación; en el caso del IFT pasarían a la Secretaria de Comunicaciones y Transportes.
La escencia
de estos órganos es precisamente lo que hoy se les quiere quitar… ¡su Autonomía! La sociedad posrevolucionaria y la subsecuente vivieron la evolución de los gobiernos sexenio tras sexenio y vieron la imperiosa necesidad de que los mexicanos nos fuéramos dando mecanismos de pesos y contrapesos.
Estas intenciones si las trasladamos a un espacio físico y temporal, seria como dar un brinco hacia atrás de 30 años en la historia de México con todo lo que ello implica, ha sido una larga jornada para los mexicanos el ir creando estos órganos autónomos. Se fueron desprendiendo facultades a las secretarias del gobierno federal y se fueran creando figuras jurídicas que han ido consolidando principios tales como; la democracia, el derecho a la información, la transparencia, la regulación, la libre competencia, etc., es una jornada inacabada, en el radar de muchos mexicanos y de organizaciones no gubernamentales pervive el reto de que estos órganos gocen a cabalidad de autonomía plena, las intenciones expresadas por el Presidente de la República van en sentido opuesto al querer y quehacer de la sociedad mexicana.
¿Qué sucederá si dependencias del ejecutivo federal asumieran esas facultades? ¿se convertirán en juez y parte? La meta de la lucha por crear estos organismos fue precisamente evitar la discrecionalidad con la que los gobiernos federal, estatales y municipales regulaban muchas de las actividades que solo a ellos les confería la ley, y fue por ello que inicio esa larga lucha asimétrica, para que de forma escalonada en el tiempo y teniendo como escenarios el Congreso de la Unión y los Congresos Locales se librara ese debate, no exento de participación en las calles, hasta lograr la creación del INAI y del IFT que son los que hoy nos ocupan. Se percibe con toda claridad que, en los objetivos del actual gobierno federal, esta no solo desaparecer fideicomisos como ya ocurrió, ahora siguen otros organismos.
Se pretexta la austeridad republicana y se aduce que existiendo secretarias que cumplen con funciones similares, se duplican esfuerzos y se malgasta el dinero, no se puede negar que existen deficiencias, pero, ¿la mejor manera de hacerlos eficientes, es desaparecerlos?
La esencia de estos órganos es precisamente lo que hoy se les quiere quitar… ¡su Autonomía! La sociedad posrevolucionaria y la subsecuente vivieron la evolución de los gobiernos sexenio tras sexenio y vieron la imperiosa necesidad de que los mexicanos nos fuéramos dando mecanismos de pesos y contrapesos, de entes reguladores de actividades publicas y privadas que evitaran; los excesos, la discrecionalidad, el favoritismo, la exclusión, y el sometimiento, esta búsqueda y otros factores dieron origen a estas jornadas. Debemos reconocer la participación de los partidos políticos, pero también de las ONG´s, y de valiosos personajes que, teniendo diversas formaciones académicas e ideológicas, con sus aportaciones se logró lo hasta hoy avanzado.
De ingresar esa iniciativa el ejecutivo federal confirmaría su vocación paradójica en el ejercicio del gobierno, los mexicanos debemos estar atentos a los diputados y senadores, debemos solicitarles y hasta exigirles respondan con transparencia y privilegien un parlamento abierto y así evitar que nuestras leyes y la Constitución misma, sean llevadas a un retroceso tal, que nos haga desandar 30 años de nuestra vida; social, política y jurídica.
"Las crisis, cuando ocurren, tienen al menos la ventaja de que nos obligan a pensar". Jawaharial Nehru, político y exprimer ministro hindú (1889-1964).