PROBABILIDADES
Tengo la esperanza de que dejen al menos un mínimo de espectadores, aunque sea para aplaudir un poco, eso sería realmente fantástico"
GIANMARCO TAMBERI estadounidense Brittany Brown, subcampeona del mundo de 200 metros en 2019, y cuyo hermano ya había conseguido un “pasaporte válido” para viajar: “desmoraliza un poco saber que tu familia y amigos no podrán estar ahí”, asegura.
Sin embargo, para Brown, “motiva ver que los organizadores toman las precauciones necesarias (...) Estás feliz porque lo que cuenta primero es la seguridad, pero también decepcionada porque piensas: +Maldita sea, quería compartir este momento+”, expresó.
“Tengo la esperanza de que dejen al menos un mínimo de espectadores, aunque sea para aplaudir un poco”, dijo a principios de marzo el saltador de altura italiano Gianmarco Tamberi, recientemente coronado como subcampeón de la,prueba Europa en pista cubierta.
Pero más allá de las estrellas, acostumbradas a las aclamaciones y los gritos, la mayor parte de los 11.000 participantes de cada edición de los Juegos se enfrentan ya a un ambiente muy diferente.
“La mayoría competimos con muy poco público”, recordaba hace poco para el Sydney Daily Telegraph, Browen Knox, leyenda australiana del waterpolo y medallista de bronce en Pekín 2008 y en Londres 2012.
Para los debutantes, las pruebas “pueden resultar más fáciles, porque se parecerán a sus rutinas de los campeonatos nacionales e internacionales”, afirmó en la cadena ABC, Bill Tait, entrenador del Institute of Sport del Estado de Victoria (sureste de Australia).
Con la ausencia de los espectadores extranjeros casi asegurada, según los medios japoneses, las dudas se ciernen sobre la presencia de público en general, una decisión que se conocerá en abril o mayo.
ATLETA ITALIANO