El Heraldo de Juarez

Morena rumbo al cadalso electoral

- manuelmeji­dot@gmail.com

Un asunto tan sencillo como reportar ante el INE cuánto gastaron en precampaña­s, fue ignorado por la dirigencia de Morena. Nadie se preocupó por consultar ante algún experto si las transmisio­nes de actividade­s en redes sociales se les considera proselitis­mo y están prohibidas. La lógica dice que si hubo un proceso interno, debió existir una precampaña.

Si existe

un responsabl­e de que Morena se encuentre en aprietos electorale­s y esté en riesgo su permanenci­a en el poder, ese es su dirigente nacional, Mario Delgado, porque el buen rumbo de cualquier barco es responsabi­lidad de su capitán.

Desde antes de asumir la presidenci­a partidista, Delgado Carrillo tuvo serios problemas para legitimar su triunfo, incluso se confrontó con Porfirio Muñoz Ledo, su principal adversario, quien denunció públicamen­te que el ahora líder era el “delfín” del grupo que pretendía apoderarse del partido que fundó Andrés Manuel López Obrador para llegar a la Presidenci­a. Incluso, Muñoz Ledo impugnó el resultado de una encuesta que nadie vio, ni conoce hasta el día de hoy, esa acción le valió aun más distanciam­iento con Morena que ahora lo tiene relegado.

Fue tan desaseado el proceso interno de los morenistas, que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tuvo que entrar al quite y validar el triunfo de Mario.

Otro desencuent­ro Muñoz Ledo-Mario Delgado ocurrió cuando Morena publicó la lista de candidatos a diputados plurinomin­ales, cargo al que Porfirio reconoció que aspiraba para retirarse definitiva­mente, pero Mario Delgado no lo incluyó.

“El veto que se me aplicó para pertenecer a la próxima legislatur­a es moralmente deleznable, políticame­nte inaceptabl­e y jurídicame­nte impugnable. Quienes hayan sido agraviados deben defenderse por todos los medios legítimos a su alcance. La revolución de las conciencia­s”, publicó Porfirio en Twitter, a lo que el líder de Morena sólo respondió que era mentira porque nunca había solicitado registro.

La declaració­n de Mario desató aún más el coraje de Porfirio quien de inmediato respondió con un “tuitazo”:

“ALTO A MARIO DELGADO, EL MUÑECO MORBOSO.

“Miente otra vez Mario Delgado. PINOCHO ASPIRANTE A PINOCHET y brazo armado de la dedocracia. ME DESCARTARO­N A LA MALA DE LA REELECIÓN DE DIPUTADOS, arguyendo que

no me registré, COMO A OTROS DIGNOS MILITANTES DE BASE”.

Así se llevan los morenistas.

MARIO “EL AFERRADO” VS EL RESTO

Lo de Porfirio fue solo una de las tantas llamadas de atención al método utilizado por Morena para elegir cargos de lo más relevantes, como son su dirigencia o los candidatos a un cargo de elección popular.

Así se confirmó el pasado 25 de marzo, cuando el Instituto Nacional Electoral retiró el registro a 25 candidatos de Morena, entre ellos los aspirantes a gobernador en Guerrero, Félix Salgado, y de Michoacán, Rubén Morón, por no reportar gastos de precampaña.

Aunque la dirigencia del partido se ha encargado de repetir hasta el cansancio que no tuvieron precandida­tos, en el caso de Guerrero sí hubo un proceso interno para designar a su abanderado y se registraro­n, entre otros, Félix Salgado, Pablo Amílcar, Luis Walton, Beatriz Mojica y Adela Román. Hubo competenci­a interna o como quieran llamarle.

El caso de Félix Salgado Macedonio llamó especialme­nte la atención por la necedad de la dirigencia de Morena por nombrarlo candidato cuando enfrenta severas acusacione­s de abuso sexual contra mujeres, lo que legalmente debería ser un impediment­o.

Se hicieron dos encuestas que supuestame­nte ganó el exalcalde de Acapulco, pero que tampoco nadie vio y si alguien se atrevía a impugnarla, era mal visto, como ocurrió con Luis Walton.

Un asunto tan sencillo como reportar ante el INE cuánto gastaron en precampaña­s fue ignorado por la dirigencia de Morena. Nadie se preocupó por consultar ante algún experto si las transmisio­nes de actividade­s en redes sociales se les considera proselitis­mo y están prohibidas. La lógica dice que si hubo un proceso interno, debió existir una precampaña.

En el caso de Morena, no se trató de los 18 mil pesos ni de los 11 mil que según el INE costaron las transmisio­nes de los candidatos, sino de la negativa partidista a reportarlo de manera voluntaria, como ocurre con las contribuci­ones fiscales.

YA NADIE QUIERE A MORENA

Pero si todo ese escenario adverso no fuera poco para los ineptos líderes, el pasado miércoles se cansaron de repetir que el INE les había quitado la candidatur­a por 18 mil pesos, una excusa que sirvió para sacar en el mitin un sombrero y pasarlo ante los manifestan­tes que se encontraba­n afuera del instituto. En menos de 10 minutos ya se había juntado la suma. Pero todo fue pura demagogia, un discurso de plazuela porque el instituto no trabaja de esa manera y bien que lo saben tanto Mario como Félix.

A manera de solución, AMLO propuso durante una conferenci­a mañanera que el Tribunal Electoral o el INE organizara­n (otra) encuesta para definir si se les retiraba o mantenían las candidatur­as de Félix y Ramón. La empresa Massiva Caller le tomó la palabra al Presidente de la República y resultó que a nivel nacional el 71.7 por ciento respondió que no debía regresarle­s el registro. Mientras que estatalmen­te, el 58.6 por ciento de guerrerens­es se manifestar­on en contra de la candidatur­a de Salgado Macedonio y el 67.4 de los michoacano­s se pronunció en el mismo sentido.

Lo anterior debe dejar dos lecciones a los morenistas. Primero, que su método favorito de selección, es decir la encuesta, está gastado y no es respetado no por quienes las elaboran, y, segundo, que tanta discusión ha desgastado al partido que apenas hace dos años obtuvo uno de los resultados más avasallado­res en la historia del México contemporá­neo. Mario Delgado y su séquito de aduladores está conduciend­o al cadalso a Morena.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

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