Una contienda entre dos
La opositora Xóchitl Gálvez y la morenista Claudia Sheinbaum se repartieron ayer los aplausos que brindaron los banqueros
ACAPULCO.- ¿Polarización? ¿Cuál polarización?
Si a ustedes les ha ido muy bien en tiempos de la 4T, razona Claudia Sheinbaum al cierre de la pasarela de presidenciables en la 87 Convención Bancaria.
La abanderada morenista desliza su apreciación en su última intervención, en la que tiene oportunidad de decir lo que más le interesa ante un auditorio más o menos complicado, que al final le concede un aplauso fuerte pero efímero.
“Sobre el tema de la polarización, yo lo que he dicho es veamos cómo les ha ido a los bancos: les ha ido muy bien en estos seis años a pesar de la pandemia, producto del trabajo de los bancos, pero también de la situación económica del país”, subraya.
“Veamos cómo le ha ido a la gran mayoría de empresarios de México: les ha ido bien, y al mismo tiempo al que menos tiene también le ha ido bien. Antes la división social era mayor (y) ahora han disminuido las desigualdades y la pobreza. Entonces se puede visualizar la polarización de manera distinta”.
Si se han propalado versiones que apuntan a un distanciamiento con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum aprovecha una pregunta del moderador para sostener que el tabasqueño “es un gran Presidente y muy querido por el pueblo, que nos deja un gran legado”.
El séquito de la candidata morenista parece estar de plácemes. Allí están Mario Delgado, Marcelo Ebrard, César Yáñez y Juan Ramón de la Fuente, visiblemente satisfechos.
“Queda un mensaje: esto no se gobierna con balandronadas ni con expresiones de bravuconería. Hay ideas y bases muy sólidas, y esto todavía está en proceso, no está acabado. Pero creo que quien escuche lo que hoy se ha presentado se puede dar cuenta que hay un proyecto de Gobierno”, resalta el ex Rector de la UNAM, ahora coordinador de los Diálogos por la Transformación.
De la Fuente asegura que la doctora “no está ni cerrando puertas en forma definitiva ni se están tomando decisiones a rajatabla: se está haciendo un planteamiento en función de la realidad que tenemos”.
-¿Salió bien de un auditorio difícil? -se le pregunta.
“Creo que salió bien por esto: por el mensaje de claridad con la que se están tomando las cosas”, responde.
Poco antes de que terminara la intervención del emecista Jorge Álvarez Máynez –segundo en el turno--, una comitiva de los anfitriones había abandonado el salón para recibir a Sheinbaum, quien se presenta ataviada con un traje formal blanco.
Primera en la pasarela, Xóchitl Gálvez luce un huipil amusgo de algodón egipcio color crudo. El aplauso inicial y el que los banqueros le obsequiaron al final, es el más intenso y prolongado.
“Tuvo 45 segundos de aplausos de los asistentes contra 20 de Claudia Sheinbaum”, presume en su cuenta de X el senador Gustavo Madero.
Con un atuendo que le hace sentir cómoda, la aspirante de la alianza opositora luce más suelta que en el primer debate. Y si Claudia ha optado por recordar a los banqueros que les ha ido muy bien, Xóchitl les previene de los dolores de cabeza que pueden sobrevenir con seis años más de Morena.
“Hace seis años el Presidente López Obrador vino como candidato y los amenazó: que si no ganaba la elección, ‘soltaría el tigre’, y ¿saben qué? Ganó y soltó algo peor que el tigre: soltó la jauría de la muerte, el dolor, la mentira y el miedo”, enlistó.
“Encabezaré un Gobierno de coalición que respetará la Constitución, los tratados internacionales, las leyes y las instituciones. Yo, como ustedes, quiero un Poder Judicial independiente y una Suprema Corte de Justicia autónoma; por eso rechazo y condeno el vulgar asedio del Presidente y su candidata contra la Corte y el Poder Judicial”.
Con la polémica de las Afores como trasfondo, Xóchitl advierte: “No es mi intención quitarles el sueño, pero los invito a imaginar lo que sería defender los ahorros del sistema Afores con un Poder Judicial sometido a la voluntad del Ejecutivo”.
La presencia del emecista Jorge Álvarez Máynez es la que concita menor interés. El moderador desgrana la pregunta ineludible y el candidato naranja asegura que, “bajo ninguna circunstancia”, declinaría en favor de Xóchitl, cuya campaña, confiesa, no le gusta.
“Yo sé que a muchos de ustedes les preocupa que si estoy dividiendo el voto. Llevo siete semanas en campaña; denme cinco más, en beneficio de la duda. Les pido que haya un voto de confianza y el beneficio de la duda. Si al final el resultado me favorece, no los voy a decepcionar”, promete.
La pasarela entre banqueros es una radiografía de la campaña: la contienda es entre dos. El aplausómetro favorece a la opositora.