LUCHA CONTRA EL CÁNCER INFANTIL
La lucha contra este padecimiento comienza en casa, debemos estar alerta de cualquier malestar ya sea visible o que las y los niños nos expresen
ersiste la creencia que los niños, niñas y adolescentes, por el hecho de ser jóvenes son menos propensos a padecer enfermedades graves, por ende tendemos a minimizar síntomas que pueden ser señales de padecimientos como el cáncer. De acuerdo con el ISSSTE, el 90% de los casos de cáncer infantil podrían ser curables con la detección y tratamiento oportuno. Para lograrlo, la lucha contra este padecimiento comienza en casa, debemos estar alerta de cualquier malestar ya sea visible o que las y los niños nos expresen.
Los tipos de cáncer más frecuentes durante la infancia son la leucemia, retinoblastoma (cáncer de ojo), linfoma no Hodgkin, tumores malignos en el cerebro o en los huesos. Algunos de los síntomas más comunes de estos tipos de cáncer son: calentura mayor a 38 grados por más de una semana que no se controla con medicamentos; sangrado por la nariz, encías o cualquier parte del cuerpo; presencia de puntos rojos y moretones en la piel, sin causa aparente; falta de energía o ánimos para realizar actividad cotidianas; sudoración nocturna excesiva; sábanas y ropa empapadas.
Bolitas en el cuerpo de consistencia dura o gomosa como una pelota; inflamación y dolor de cualquier parte del cuerpo, en especial de la cabeza; problemas para deglutir alimentos; presencia de un reflejo blanco en la pupila; alteraciones al caminar, que se vaya de lado y caídas sin causa aparente, etcétera.
En febrero de 2023 Diego, un niño de 3 años fue diagnosticado con cáncer de ojo, su mamá (Alma) se percató que al caminar se caía, describe, era como si alguien lo empujara, además su pupila se le veía algo transparente, como si tuviera un ojo de canica. En el Instituto Nacional de Pediatría (INP), Alma se encontró con términos médicos incomprensibles. Las palabras "retinoblastoma" (cáncer de ojo) y "enucleación" (operación para retirar el ojo) la dejaron confundida y triste al darse cuenta de la enfermedad que cambiaría la vida de Diego por completo.
Una trabajadora social del INP le comunicó que existía una fundación que podía donar a Diego una prótesis ocular. Fue así como llegaron a la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) que desde hace 40 años brinda soporte integral a las familias. A un año del diagnóstico, Diego ya tiene su prótesis ocular. AMANC evalúa las necesidades de cada familia y según sea el caso brinda hospedaje, apoyo emocional, escolar, nutricional, así como prótesis oculares, que si bien, no les regresa la vista a las niñas y niños afectados por el cáncer, impacta de manera positiva su salud emocional, pues evita la deformación de su cara y les permite una mayor autoaceptación. Entre las batallas que aún nos quedan a todas y todos por dar en lo que respecta al cáncer infantil, está la adherencia al tratamiento. Al año se diagnostican en promedio 7 mil nuevos casos, 25% abandonan el tratamiento por diversas causas, lo que puede traducirse en muertes. Juntas y juntos podemos prolongar la vida de la niñez afectada por el cáncer. Conoce más en:
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