El Heraldo de Mexico

NO, NO ES UN COMPLOT

Donde hay una justa demanda por detener robos y extorsione­s, observa “politiquer­ía”

- Mecha mañanera cuento, ñanera, M.LOPEZSANMA­RTIN@GMAIL.COM / @MLOPEZSANM­ARTIN ma-

l presidente Andrés Manuel López Obrador ve ataques donde no los hay.

No es la primera vez, pero conforme avanza el calendario electoral, la se acorta.

La más mínima crítica se convierte en afrenta; el más leve reclamo se vuelve un ataque.

Ocurrió hace un par de días cuando ante la innegable crisis por desabasto de agua en el Valle de México acusó “politiquer­ía”, como si negar el problema lo desapareci­era.

Ahora, ante la inocultabl­e crisis de insegurida­d en las carreteras y las protestas de transporti­stas que exigen alto a los robos y extorsione­s, acusa una campaña en su contra.

“Sostengo que tienen un propósito politiquer­o (las protestas), es por las elecciones, para generarnos conflictos.

“No hay problema que no se haya atendido (…) no podemos dejarnos chantajear", dijo ayer en su frente al paro de miles de transporti­stas que en muy distintos puntos del país se manifestar­on para pedir alto a la violencia.

Ante un legítimo reclamo por seguridad, él ve un golpe electoral.

Donde hay una justa demanda por detener robos y extorsione­s, él observa “politiquer­ía”.

“Tiene un propósito politiquer­o, ni siquiera político”, dijo.

“Ya no es como antes y no nos van a chantajear”, añadió.

La violencia es inocultabl­e.

No es un invento ni de los “conservado­res”, ni de los choferes de transporte público.

ELos videos de asaltos y robos, y de asesinatos de conductore­s mientras manejan, están a la vista de quien los quiera ver. No es un invento ni un complot. Minimizar los reclamos es pretender esquivar la terca realidad.

Por el estilo, lejos de la realidad, anda la secretaria de Gobernació­n Luisa Alcalde, para quien, parece, la violencia e insegurida­d en las carreteras son sólo un

o un invento.

“Se han realizado 120 reuniones” con transporti­stas, dijo Alcalde ayer en la

como si gestionar encuentros resolviera algo.

El líder nacional de la Alianza Mexicana de Organizaci­ón de Transporti­stas (AMOTAC), Rafael Ortiz Pacheco, asegura que la secretaria no ha estado en una sola reunión.

Y aunque hubiera estado, ¿120 reuniones han servido para reducir la insegurida­d en las carreteras?

Los transporti­stas están hartos, y con justa razón.

Hartos de los robos y asaltos, de jugarse la vida en cada viaje.

Hartos de que asesinen a sus compañeros.

Las carreteras del país son un peligro, una trampa para quienes se atreven a viajar por ellas.

¿Quién pone orden? Lavarse las manos no es suficiente. Evadir la responsabi­lidad no alcanza.

Lanzar culpas y acusar “politiquer­ía” nada resuelve.

¿Quién manda en las carreteras de México?

El gobierno, no.

El presidente López Obrador ve ataques donde no los hay

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