¿A QUÉ DEMOCRACIA ASPIRAMOS?
En la concepción constitucional, la democracia implica libertad y respeto a los derechos humanos.
Existe un ruido estruendoso en la precampaña y la intercampaña de las próximas elecciones; intervenciones indebidas del Poder Ejecutivo y una inmensa cantidad de adjetivos calificativos de todos los participantes, inclusive el desarrollo a través de las redes de temas ajenos que ensucian el proceso.
Es necesario desbrozar el camino y entender los temas de fondo. Por eso, debemos centrarnos en dos temas fundamentales, lo que significa la democracia para los mexicanos y el crecimiento brutal del crimen organizado y no organizado.
A este respecto, la democracia que tiene una larga data en la historia de la sociedad humana, la podemos percibir con mayor claridad en el régimen plebiscitario del ágora ateniense y, muchos siglos más tarde, en la concepción constitucional que implica: igualdad, libertad, respeto a los derechos humanos y pesos y contrapesos que equilibren el poder del Estado, que permitan la defensa jurídica de los gobernados.
La definición más concreta la establece la propia Constitución mexicana en su artículo 3ro., que considera a “la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”.
A este respecto, las propuestas de iniciativa del presidente López Obrador tienden a una concentración del poder en torno al Ejecutivo federal, pues pretenden desaparecer los órganos constitucionales autónomos, reformar el Poder Judicial, anulando las controversias constitucionales y limitando el derecho al juicio de garantías, y también propone, la elección directa de los integrantes del Poder Judicial.
En lo político, propone eliminar a los diputados plurinominales y a los senadores de lista nacional, para crear un Congreso donde el partido hegemónico tenga la mayoría calificada.
De esta manera, el Presidente piensa que podrá avanzar en la consolidación de lo que él llama “la Cuarta Transformación”. Prácticamente es desaparecer los equilibrios constitucionales y darle al Estado un carácter autoritario.
El ciudadano común debe entender –con claridad— este nuevo régimen político y si está de acuerdo, en consecuencia debe votar por Morena; en cambio, sí existe la conciencia cívica de que la libertad y la igualdad como paradigmas del derecho constitucional debe prevalecer, su voto debe ser en contra de estas propuestas.
El otro tema fundamental es la seguridad pública que ha sido socavada –una y otra vez— por las fuerzas de una delincuencia que crece exponencialmente, por la impunidad que han propiciado las fiscalías, la judicatura, las policías federales y locales y la corrupción.
La oposición tiene la palabra y sus propuestas concretas las espera la nación.
• EL PRESIDENTE LÓPEZ OBRADOR PIENSA QUE PODRÁ AVANZAR EN LA CONSOLIDACIÓN DE LO QUE ÉL LLAMA LA 4T.