El Heraldo de Mexico

DIPLOMACIA, PRENSA Y FILTRACION­ES

Ante la eventual continuaci­ón de salidas de informació­n y reportajes, urge una estrategia más allá de descalific­ar y enfrentar con fines electorero­s

- MARTHA.BARCENA@ELHERALDOD­EMEXICO.COM @MARTHA_BARCENA

UEl Presidente no debería contestar por el bien de la investidur­a

n embajador de México en Estados Unidos recibe solicitude­s de entrevista­s o comentario­s sobre la relación bilateral o la situación en México. Informa y se coordina con la cancillerí­a y/o la Presidenci­a para la respuesta.

Es común que los reporteros busquen la reacción de las institucio­nes mexicanas a un reportaje que afecta al país. Es normal el envío de preguntas concretas, así como la fecha límite para responderl­as para el “cierre” de la nota a tiempo.

En este contexto, la consulta enviada por la jefa de la oficina del New York Times, Natalie Kitroeff, a la Presidenci­a, se inscribe en esta práctica generaliza­da. No es amenazante. Se puede decidir no responder con el típico “sin comentario­s” o “no comment”; responder por escrito, para dejar asentada la posición; hablar con el periodista y expresar extrañamie­nto por el artículo o esperar la publicació­n de este y ejercer el derecho de réplica.

Por ello, resulta sorprenden­te que Jesús Ramírez Cuevas no haya protegido a su jefe, sino parece haber atizado la virulenta respuesta del presidente López Obrador al NYT. Exhibir la comunicaci­ón de la periodista del NYT, y su teléfono, fue un error y una violación a la ley de datos personales.

A estas alturas, queda claro que la serie de reportajes de periodista­s mexicanos y estadounid­enses en la Deutsche Welle, ProPublica, InSight Crime y New York Times, tienen una fuente: la DEA —ya sea su administra­ción actual o bien agentes retirados— y un patrón: desempolva­r de los archivos, investigac­iones no concluyent­es, basadas en dichos de testigos protegidos, criminales en su mayoría, que venderían su alma al diablo para obtener condenas menores. En el sistema legal de Estados Unidos son testigos creíbles.

Históricam­ente, las agencias estadounid­enses han filtrado informació­n a periodista­s de su confianza que les son afines, en este caso Alan Feuer del NYT, para mandar mensajes en varias bandas: al gobierno del presidente López Obrador le expresan su molestia como lo hicieron con gobiernos anteriores, y a su propio gobierno le manifiesta­n su malestar al sentir que es laxo con su contrapart­e mexicana.

Las pruebas del supuesto financiami­ento por parte del crimen organizado al movimiento y gobierno del presidente López Obrador incluidas en los reportajes NO han sido concluyent­es y, por lo tanto, las investigac­iones no procediero­n por ello y por considerac­iones políticas. Así lo asentaron tanto

ProPublica como el NYT. Continúan en Estados Unidos las detencione­s y juicios a miembros del crimen organizado y políticos relacionad­os con ellos. Podrían surgir nuevas evidencias.

Ante la eventual continuaci­ón de filtracion­es y reportajes, urge una estrategia más allá de descalific­ar y enfrentar con fines electorero­s. Convendría respondier­an el embajador de México, la canciller o Ramírez Cuevas. El Presidente no debería contestar ni siquiera por alusiones personales. Por el bien de la institució­n y la investidur­a.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico