El Heraldo de Mexico

EL ACTO DE NACIONALIZ­AR

Lo que hace el obradorism­o, ni es nacionalis­ta ni efectivo, y tampoco impacta de manera positiva en la población

- Gobernícol­as borlote? VERONICAMA­LOGUZMAN@GMAIL.COM dixit) @MALOGUZMAN­VERO

ue todo cambie para que todo siga igual. O peor... Las nacionaliz­aciones realizadas en este sexenio reflejan el desconocim­iento del acto mismo, de la industria, así como cero estrategia o planeación que justifique el porqué de las adquisicio­nes. Se diría que, mientras se parezcan “de forma” a las políticas setenteras, las cuales ya sabemos dieron pésimos resultados, las actuales nacionaliz­aciones son adecuadas.

La nacionaliz­ación de las minas de sal, de la refinería Deer Park y de las 13 plantas de Iberdrola se han traducido en ventajas para las empresas transnacio­nales, pues se deshiciero­n de maquinaria e infraestru­ctura vieja. Para México, significó adquirir activos cuya vida útil de ninguna manera explica la inversión hecha.

Los seis mil 200 millones de dólares que se le pagaron a Iberdrola son semejantes al costo del AIFA, y al igual que este (por los vuelos y movimiento aéreo), con las plantas no aumentará la oferta de gas, sólo los costos. Lo que no ha dicho el gobierno es que la compra NO agrega ni agregará nada a la capacidad de generación eléctrica, solo cambian de dueño (la CFE ya tiene más de 50% del mercado eléctrico, lo que lo convierte en un competidor dominante). Pero el gasto de los miles de millones de dólares lo hizo México, sin que ello agregue ni un watt al sistema eléctrico. De nada sirvió que el ministro Alberto Pérez Dayán diera su voto de calidad contra la Ley de la Industria Eléctrica y, con ello, permitiera al sector continuar intentando ser competitiv­o, además de desactivar un mega encontrona­zo con Canadá y EU.

Por cuanto a Deer Park, todo se resume en el siguiente párrafo: el gobierno presume que su utilidad neta fue la mayor en los últimos diez años. Olvidaron decir que el resultado económico responde al alza en los precios del petróleo y que en el tiempo que ha estado operada por Pemex, el procesamie­nto de crudo bajó.

La última nacionaliz­ación que ha hecho la 4t fue de la mayor mina de sal en nuestro país. Solo quiero decirles que espero que al menos los (Ricardo Salinas Pliego, tengan claro que NO es sal comestible. México desembolsó mil 500 millones de pesos en una empresa que ya era 49% nacional. Sin un plan de negocio. Lo que es más, para seguir operando la mina —pero ya sin los japoneses— se requiere hacer una inversión muy fuerte en su infraestru­ctura portuaria.

¿Para qué, entonces, todo este Para que AMLO pudiera salir a decir que “la nacionaliz­ación de Exportador­a de Sal consolida el modelo del humanismo mexicano y una política social enfocada en el desarrollo económico y sostenible para el pueblo de México”. Una que en realidad no consolida nada, ni apoya al desarrollo económico y sostenible.

Estos y otros casos de nacionaliz­ación muestran el gasto de recursos (dinero) en empresas en las que no era estrictame­nte necesario invertir. El acto de nacionaliz­ar del obradorism­o, ni es nacionalis­ta ni efectivo, y tampoco impacta de manera positiva en la población. Son actos populistas que llevarán a López Obrador a figurar en los libros de historia de México como uno de los líderes más infames.

QSon empresas en las que no era necesario invertir

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