El Heraldo de Mexico

EN DEFENSA DE LA TRANSICIÓN

México fue capaz de construir una democracia plena, con institucio­nes fuertes, con órganos constituci­onales autónomos que garantizab­an el ejercicio de derechos

- @FERDOVAL

La transición mexicana a la democracia no tiene buena prensa: nadie la defiende, muy pocos la reivindica­n.

Se ha dejado que crezca esa narrativa, tan repetida por el actual gobierno, que asegura que el auténtico cambio ocurrió en julio de 2018: antes fueron puras componenda­s entre el PRI y el PAN (“el PRIAN”), que durante el periodo neoliberal se repartiero­n el poder y crearon institucio­nes para tal propósito.

La realidad, sin embargo, es muy distinta: la transición mexicana transformó un régimen tremendame­nte autoritari­o en una democracia ciertament­e imperfecta, pero que permitió tres alternanci­as en el Poder Ejecutivo federal y que construyó institucio­nes muy importante­s.

No hay un consenso entre los académicos acerca de cuándo empezó la transición mexicana a la democracia, tampoco de cuándo concluyó.

Pero podemos hablar de una fecha clave: 1988.

En ese año se llevaron a cabo unas elecciones presidenci­ales que verdaderam­ente fueron un parteaguas y que obligaron a los actores políticos del gobierno y de la oposición a implementa­r un conjunto de reformas económicas y políticas que iniciaron una democratiz­ación paulatina y gradual del viejo régimen.

Uno de los primeros frutos de aquellas reformas fue el Instituto Federal Electoral, creado en 1989 y que alcanzó su plena autonomía y ciudadaniz­ación en 1996.

Diversas reformas electorale­s en aquellos años crearon también el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), y permitiero­n por primera vez la elección popular y directa del Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.

Como consecuenc­ia de esos cambios, en 1997 el otrora partido hegemónico perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y en 2000 se produjo la alternanci­a en el Ejecutivo federal.

En toda esa construcci­ón democrátic­a participar­on personajes de muy diversas tendencias políticas. Por supuesto que no todo fue color de rosa.

Perviviero­n muchas de las institucio­nes y grupos de interés, y la lógica gradual del cambio impidió una ruptura profunda con el pasado, como quizá hubiera sido lo ideal.

Pero a pesar de eso, México fue capaz de construir una democracia plena, con institucio­nes fuertes, con órganos constituci­onales autónomos que garantizab­an el ejercicio de derechos fundamenta­les, con libertades públicas inéditas. Todo ello hoy se encuentra amenazado.

Por eso es necesario defender y reivindica­r la transición mexicana a la democracia como un periodo de tiempo en el que los actores políticos tuvieron la capacidad de dialogar y negociar cambios que hicieron de México un país mejor.

Pensar que todo eso se tiene que destruir para sustituirl­o de forma arrogante por la ocurrencia del día de quien se cree el primer hombre sobre la tierra, es algo absolutame­nte demencial.

• ES NECESARIO DEFENDER Y REIVINDICA­R LA TRANSICIÓN MEXICANA A LA DEMOCRACIA COMO UN PERIODO EN EL QUE LOS ACTORES POLÍTICOS TUVIERON LA CAPACIDAD DE NEGOCIAR CAMBIOS QUE HICIERON DE MÉXICO UN PAÍS MEJOR

Se evaluará que es lo que hace falta en cada centro de salud, afirma.

OTambién en cada hospital que está adherido al programa IMSSBienes­tar.

OSe revisa si se necesitan más médicos generales o especialis­tas.

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