INICIO DE CAMPAÑAS PRESIDENCIALES: LOS MATICES Y EL FONDO
El arranque de la contienda electoral y el discurso de las candidatas refleja nítidamente la correlación de fuerzas con la que entran a la recta final de esta etapa
“Es tiempo de competencia electoral y también de que los ciudadanos se informen y participen en los comicios, pero también, en la construcción de un mejor país para todos”.
El inicio de las campañas políticas, (de manera formal), hacia la Presidencia de la República, ha iniciado el pasado 1 de marzo con tres aspirantes, los cuáles han cimentado sus expectativas de gobierno, en torno a su concepción de cómo debería ser el futuro del país para los siguientes años. Esta visión por supuesto, ha sido matizada por sus equipos de campaña en búsqueda de ser más atractiva para los electores. En medio de este contexto, el arranque de la contienda electoral y los discursos de las dos candidatas que disputan la titularidad del Ejecutivo nacional (y que además son las que lideran las preferencias electorales), Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, refleja nítidamente la correlación de fuerzas con la que entran a la recta final de esta etapa.
La abanderada de Morena ha presentado una lista de 100 acciones o intenciones que expresan con claridad un mensaje pensado para el momento electoral en el que se encuentra. En este sentido, se deja entrever que no asumirá riesgos, ni transitará por rumbos desconocidos hacia la meta. Por lo tanto, no puede negarse que existe un indudable cálculo político en los temas y en el énfasis con que los presentó, pero también, existe una proyección de las intenciones que desea imprimir a su gestión como mandataria. El tema central de su plataforma política será administrar la ventaja y no entrar en zonas de alto riesgo. Estas primeras cien acciones demuestran ser una propuesta más tecnológica y global de lo que representaría apuntalar la infraestructura estratégica a nivel nacional como son puertos, carreteras, aeropuertos, trenes de carga y pasajeros, entre otros. Existen tres temas que constituyen un valor agregado con relación a la administración obradorista: educación y cultura, medio ambiente, mujer y familia, aunque se debería subrayar la estrategia de seguridad. Los ejes arquitectónicos sobre los que descansa este nuevo plan de gobierno simbolizan un acierto.
En contraposición lo de Xóchitl Gálvez, parece ser más mediático y opaco en su esencia, porque al ser una candidata con notoria desventaja, está más obligada a ceñirse a una estrategia arriesgada, más artificial que lógica en su estructura argumentativa.
Este personaje, podría caer en la tentación de hacer de la nota roja y la violencia, el caballito de batalla de su campaña, alejándose del camino de las propuestas y la construcción de las ideas que tanta falta les han hecho a las campañas políticas en las últimas décadas. Hasta ahora, la candidata de la oposición ha mencionado que construirá una prisión que provoque miedo al puro estilo de Bukele en El Salvador. Ha firmado de igual forma, con su propia sangre, el compromiso de continuar, y profundizar los programas sociales que se dispersan en la actualidad. También ha mencionado que “se acabaron los abrazos a los criminales y la Ley será la Ley”. Todas esas promesas muestran que el tema central de su campaña girará en torno a dos ejes: la seguridad y los programas sociales.
Como puede apreciarse, las dos fuerzas políticas terminan apelando a un programa que dice priorizar a los pobres. Lo cierto es que, hasta ahora, el debate de las ideas carece de esencia en cuanto a los métodos que habrán de llevarse a cabo, para tratar de realizar las promesas que ambas candidatas referían por todas partes. Es tiempo de competencia electoral y también de que los ciudadanos se informen y participen en los comicios, pero también, en la construcción de un mejor país para todos.