FINIQUITAN ELIMINATORIA
América avanzó a cuartos de final de con algo de presión. a unas Chivas que ya había minimizado, y que con paciencia y se impusieron 3-2 en el Estadio Azteca, pero el 5-3 global le cerró la puerta a la sorpresa.
El coraje inspirado por la derrota, en la ida, le dio al Guadalajara valentía, sin quemar las naves, y el balón al travesaño de Fernando González, fue muestra de ello. Diego Valdés fue anulado, pero también cimbró el larguero.
El “¡Chivas, Chivas!” fue casi imperceptible en las gradas, apagado desde el primer juego, con la goleada que aclaró el pase de las Águilas, en medio de la oscuridad rojiblanca, que provocó poca presencia de sus aficionados.
En la épica universal, el clímax de la historia llega cuando el más grande cae, pero en una lucha de
gigantes, el más atrevido termina
de pie. El Rebaño mantuvo sus
signos vitales con los goles de Cade Cowell (12’) y Ricardo Marín (32’).
Entonces, hubo temor y tensión en ambos equipos, en el estadio y gran parte del país, por no recibir el empate global, o por no soltar la ilusión en un descuido. Pasó lo segundo: Alan Mozo metió un autogol (51’), y desmoronó la posibilidad de los penaltis.
Alejandro Zendejas pareció dar el tiro de gracia, nueve minutos después, aunque Roberto Alvarado puso de nuevo el estado emocional del lado del Rebaño (63’), para al menos sumar la primera victoria del Guadalajara en Concachampions ante el América.
La minoría rojiblanca en el Azteca pareció ser mayoría cuando ingresó Javier Hernández, hombre que sabe jugar entre colosos, pero que intentó ser más una motivación que una solución ante el arco, a falta de dos anotaciones que nunca llegaron.
Chivas recordó su estatura demasiado tarde. En su caprichoso destino, quedó trazado que vuelva a enfrentarse al América (sábado), en duelo de Liga MX, donde no gana desde hace dos jornadas.
América, mientras tanto, espera al ganador de la serie entre Alajuelense y New England Revolution (0-4); si el club estadounidense pierde hoy hasta por la mínima, las Águilas se queda sin ser local en el partido de vuelta.