EL PROYECTO NIMBUS
Toda esta serie de herramientas de IA ayudarían a Israel no solo a hacer más nítida la selección de objetivos, sino a realizarla de manera permanente
“Netanyahu firmó una controvertida y misteriosa alianza con Google y Amazon para que proporcionasen sus servicios al sector público y ejército”.
Pareciera un fragmento extraído de una novela de ciencia ficción, pero no lo es. De hecho, es todo lo contrario, es parte de una realidad que, en cuanto más se conoce a profundidad, mayormente lesiona el presente que se tiene.
En mayo de 2021, Cisjordania estaba en medio de uno de los episodios más recientes y sangrientos del conflicto entre Israel y Palestina. Las protestas por la violenta expulsión de seis familias palestinas del barrio de Sheikh Jarrah, al este de Jerusalén, desembocaron en una violenta intervención de la policía en la mezquita de Al-Aqsa. En respuesta, el grupo palestino Hamas lanzó una oleada de misiles —la mayoría interceptados por el escudo protector—, además, el ejército israelí respondió bombardeando la Franja de Gaza, matando a 230 personas.
En esos días, el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu firmó una controvertida y misteriosa alianza con Google y Amazon en la que el Estado hebreo acordó pagar mil 200 millones de dólares a los dos gigantes tecnológicos estadounidenses para que proporcionasen sus servicios de computación en la nube al sector público israelí y a su ejército, una iniciativa llamada Proyecto Nimbus.
Según han dado a conocer medios estadounidenses, el objetivo de Nimbus es proveer, por parte de Google, inteligencia artificial avanzada y aprendizaje automático al gobierno israelí, así como conocimientos de última generación que podrían servir a la nación hebrea para aumentar la vigilancia digital en territorios palestinos ocupados. Además, dicho contrato también impediría que Google rechazara dar servicios a entidades gubernamentales específicas, como las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), si éstas así lo requirieran, por lo que puede inferirse que también modernizaran los sistemas de defensa antiaéreos y sus principales mecanismos de detección de datos biométricos y seguimiento georeferencial de última generación.
Además, según The Guardian esta tecnología permite mayor vigilancia y recopilación ilegal de datos sobre los palestinos, y facilita la expansión de asentamientos ilegales de Israel en tierras afganas.
De momento, Google no ha dado detalles de los servicios que ha proporcionado a Israel, pero los materiales de información revisados por The Intercept mostraron que la compañía había promocionado las capacidades de sus herramientas de análisis de imágenes para detectar rostros, puntos de referencia faciales y emociones, e inclusive rastrear objetos en videos. Siendo este conjunto de servicios sumamente atractivos para cualquier sistema de seguridad interior en el mundo.
Toda esta serie de herramientas de IA ayudarían no solo a hacer más nítida la selección de objetivos, sino a realizarla de manera permanente en los territorios palestinos, una versión remasterizada de un apartheid o una especie de selección artificial en estas tierras bíblicas con mayor precisión y rapidez.
La revelación del Proyecto Nimbus es un caso más de la utilización tecnológica que empresas dedicadas a la captación, clasificación y procesamiento de datos han puesto al servicio de intereses parcializados, lo cual esta en contra del derecho internacional y los preceptos jurídicos defendidos por la ONU en favor de la seguridad de la información y derecho a la privacidad. Entre otras cosas, se ha dicho que estas actividades están prohibidas por la naturaleza y peligrosidad de sus acciones para minorías raciales o grupos disidentes.