GUERRERO, LAS CONSECUENCIAS DEL FRAUDE
La fiscal Valdovinos solicitó el 14 de febrero (e incumplió) licencia para atender asuntos personales y familiares, mucho antes del asesinato del joven
Mientras el (verdadero) des-gobernador de Guerrero, Félix Salgado —conocido en el Baby O como The dancing King —, se ridiculiza en un debate grotesco en el Senado, Evelyn Salgado, su encargada de la plaza caliente (en el sentido de sus narco-conocidos), demuestra otra vez su ineptitud en todos sentidos y de paso pone en entredicho la funcionalidad de las estructuras mixtas; es decir, los militares en las fiscalías civiles.
Sandra Luz Valdovinos Salmerón, fiscal (a) del estado de Guerrero y teniente (a) coronel (a) del Ejército Nacional, cesada sin autoridad por la ujier, Evelyn (no tiene femenino gramatical), resulta notificada de su cese, pero se rehúsa a dejar el cargo porque ella es “independiente” y fue designada por el Congreso, aun cuándo obedezca al secretario de la Defensa, Don Crescencio Sandoval, quien acaba de recibir de regalo esta vela para un entierro en cuyos orígenes se pone en duda –casualmente— al instituto armado. Obviamente me refiero al eterno caso de Iguala y los Ayotzinapos.
La fiscal Valdovinos solicitó el 14 de febrero (e incumplió) licencia para atender asuntos personales y familiares, mucho antes del asesinato del joven Yanqui Kothan Gómez Peralta, cuya sangre manchó a toda la endeble estructura de Salgado y asociados.
La fiscal ya se iba, pero cuando le dijeron lárguese, entonces se aferró al cargo. Eso sólo sucede cuando se ha perdido toda institucionalidad, como se vislumbró desde la maniobra tramposa del presidente López Obrador para instalar a Félix, a través de la hija, en un puesto cuyo peor efecto —junto con una insuperable ineptitud—, es el cogobierno con la delincuencia organizada y el descontrol de todo el aparato de administración pública.
Para simular gobernanza, la señora Evelyn atendió la instrucción superior y sacudió el gobierno. Debió ir más arriba. Corrió al secretario de Gobierno y franelero de su padre, Ludwig Marcial Reynoso, y al secretario de Seguridad Pública, el general brigadier Rolando Solano Rivera, quien apenas cumplió seis meses en la desmadrada administración del estado de Guerrero.
Total, un por donde se les quiera ver. Nos remiten a aquella clasificación del “esférico”, ofrecida por el legendario Hermenegildo Torres y la macolla de la PUP.
Pero los problemas no se acaban ahí ni significa algo la remoción de dos o más funcionarios. La incompetencia y la colusión de intereses no se resuelven sustituyendo a los de abajo. El problema tiene un origen: el fraude, la trampa a la ley por medio de la cual el Presidente generó este híbrido político-delincuencial en favor de un socio.
Pero ya se acabó la corrupción, porque no somos iguales, dice una voz. Ajá…
• EVELYN ATENDIÓ LA INSTRUCCIÓN SUPERIOR Y SACUDIÓ EL GOBIERNO. DEBIÓ IR MÁS ARRIBA. CORRIÓ AL SECRETARIO DE GOBIERNO, LUDWIG MARCIAL REYNOSO, Y SE LLEVÓ DE CORBATA AL SECRETARIO DE SEGURIDAD PÚBLICA, ROLANDO SOLANO, QUIEN APENAS TENÍA SEIS MESES EN EL CARGO