EL LENGUAJE DEL CUERPO EN LA CAMPAÑA 2024
Su influencia en las habilidades sociales es un excelente espejo que revela, a nivel inconsciente, el sentir más profundo desde donde proceden las intenciones que conducen a la acción
El cuerpo es lugar de comunicación. Sin reducirnos exclusivamente al cuerpo —puesto que también poseemos un alma espiritual— decimos sin temor a equivocarnos que somos nuestro cuerpo. El cuerpo es la tarjeta de presentación de la persona que se expresa a través de la mirada, de la voz, del reír, del caminar o del movimiento de las manos que hablan, sin necesidad de pronunciar palabras.
El lenguaje del cuerpo utiliza gestos y posturas para transmitir emociones y pasiones. Su influencia en las habilidades sociales es un excelente espejo que revela, a nivel inconsciente, el sentir más profundo desde donde proceden las intenciones que conducen a la acción. El lenguaje corporal delata nuestro estado emocional. Este se contagia generando empatía o desconfianza, irradiando un gran carisma o provocando aburrimiento, tedio y desencanto. La contienda presidencial del 2024 enfrenta a dos candidatas radicalmente opuestas. El lenguaje del cuerpo de ambas juega un papel relevante.
Xóchitl se desenvuelve con un lenguaje verbal espontáneo, ocurrente y dicharachero transmitiendo empatía, calidez y confianza. Su lenguaje corporal, en principio, carece de la imagen adusta que esperamos refleje un gobernante; sin embargo, su actitud franca y “quitada de la pena”, contagia alegría y despierta el entusiasmo. Entra corriendo a los estadios, brinca como niña chiquita, levanta los brazos, camina de prisa al parejo de la multitud que la toca y abraza. No evade el contacto cercano con la gente. En cuanto a su lenguaje verbal, Xóchitl ha ido disminuyendo su vocabulario grosero e irreverente, propio del entorno sociocultural donde aprendió a hablar su segunda lengua, allá en el Valle del Mezquital.
El lenguaje corporal de Claudia es de lo más elocuente. Sorprende una personalidad tan versátil. Una es la Doctora seria y mesurada que vemos aparecer en entrevistas y otra, muy distinta, la candidata que está en campaña. En los mítines la vemos de pie arengar al pueblo desde su templete, al más puro estilo del movimiento estudiantil del 68. Su postura es adusta y rígida. Su cuerpo se inclina ligeramente hacia atrás mientras mantiene la cabeza erguida con la barbilla hacia adelante, signo que comunica agresividad y poder. Sus discursos siguen el movimiento de sus brazos que se mueven con ritmo, marcando el compás. El índice de su mano derecha levantado —a modo de sentencia— parece indicar el poder de su autoridad en señal de advertencia.
Lo que más llama la atención en Claudia es su expresión verbal, el tono oficialista de su voz al dirigirse al pueblo y el mimetismo que nos remite al inquilino de Palacio Nacional, sin tener su carisma. Su lenguaje corporal la hace parecer distante. Cuando se aproxima a la gente “les marca una rayita”.
La cara es el reflejo del alma; los gestos tienen gran significado. A diferencia de Claudia, Xóchitl gesticula al hablar al tiempo que le desbordan las palabras. Mira de frente, no se lleva las manos a la cara, no se toca la boca, no tiene nada que ocultar. No se enfada ni se molesta ante cuestionamientos o preguntas incómodas. Inclina su cuerpo hacia delante para mostrar interés. Asienta con la cabeza, mantiene el contacto visual, abraza mostrando compasión por la gente. Las campañas se ganan por las emociones que suscitan. Xóchitl pretende llegar al corazón de los ciudadanos, aletargados y desilusionados por la indiferencia del gobierno morenista.
Termino con el papel de la sonrisa, fuente inagotable de significados y emociones. Sonreír es algo tremendamente contagioso, capaz de provocar reacciones positivas y levantar el ánimo de la gente. Existen distintos tipos de sonrisa: la falsa sonrisa o sonrisa forzada es una mueca estudiada frente al espejo que no puede mantenerse por largo tiempo. La sonrisa natural es la espontánea, la que produce arrugas en los ojos, la que hace que se suban las mejillas y descender las cejas. La sonrisa en Xóchitl nunca ha dejado de asomarse y frecuentemente se traduce en carcajadas. Como dijo Catón en su columna de ayer: es sonrisa del alma que alegra y estimula a quien la recibe y acendra la calidad de aquél o aquélla que la da. La elocuencia del lenguaje del cuerpo será un factor decisivo a la hora de votar.
• SONREÍR ES ALGO TREMENDAMENTE CONTAGIOSO, CAPAZ DE PROVOCAR REACCIONES POSITIVAS Y LEVANTAR EL ÁNIMO DE LA GENTE. LA SONRISA NATURAL HACE QUE SE SUBAN LAS MEJILLAS Y DESCENDER LAS CEJAS