AGENDA TECNOLÓGICA Y DIPLOMACIA
La Plataforma de Ginebra ha identificado 50 políticas digitales en torno a la gobernanza del Internet, incluyendo tópicos como ciberseguridad y DDHH
• LAS TECNOLOGÍAS DIGITALES NO SÓLO HAN TRANSFORMADO LA ECONOMÍA MUNDIAL, SINO SE HAN CONVERTIDO EN PARTE DE NUESTRO TEJIDO SOCIAL Y GENERADO UN NUEVO CAMPO PARA LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Una de las mayores preocupaciones de nuestro tiempo está representada por los conflictos bélicos y las tensiones geopolíticas que amenazan la paz y estabilidad internacional. En la lista de retos globales, también ocupan un lugar prominente el cambio climático, las migraciones, el acceso al agua potable, las pandemias y las desigualdades que frenan los programas de desarrollo sustentable y equilibrado. El impacto de la revolución digital y la Inteligencia Artificial (IA) permea la agenda global y constituye un factor disruptor con enorme potencial tanto para la creación como para la destrucción. Las nuevas tecnologías se han vuelto indispensables para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sustentable acordados en la ONU, mitigar el cambio climático o luchar contra la pobreza y construir un mundo más próspero y justo. Pero la ausencia de regulación internacional con respecto a algunas de las aplicaciones digitales más avanzadas, plantea preocupaciones legales, de seguridad y éticas que son una amenaza directa a los DDHH y las libertades fundamentales. Las tecnologías digitales no sólo han transformado la economía mundial, sino se han convertido en parte de nuestro tejido social y generado un nuevo campo para las relaciones internacionales. La Plataforma de Ginebra, una iniciativa suiza operada por la Fundación Diplo, ha identificado 50 políticas digitales en torno a la gobernanza del Internet, incluyendo tópicos como infraestructura, ciberseguridad, derechos humanos, aspectos legales y regulatorios, asuntos económicos, desarrollo y cuestiones socioculturales. Los avances tecnológicos configuran una nueva esfera de acción y un escenario inédito de negociaciones internacionales. El despliegue de una diplomacia digital requiere de nuevos instrumentos y estrategias en los ministerios de relaciones exteriores, así como el desarrollo de capacidades en la formación de diplomáticos y cónsules. En enero de este año se publicó un estudio importante: The Oxford Handbook of Digital Diplomacy, que procura definir el ámbito de acción de la diplomacia digital. Como bien dice la introducción del libro: "... desde plataformas de redes sociales e Inteligencia Artificial hasta aplicaciones para teléfonos inteligentes y reuniones virtuales, las tecnologías digitales han demostrado ser disruptivas y han impactado las normas, prácticas y lógicas de diplomáticos, Estados y organizaciones internacionales". La diplomacia digital se refiere al uso de las nuevas tecnologías, como las redes sociales y otras plataformas, incluyendo comunicaciones virtuales, por los ministerios de relaciones exteriores, organizaciones internacionales, para comunicarse entre sí y con el público, emprender negociaciones y alcanzar objetivos de política exterior. Creo que una interpretación más amplia de la diplomacia digital debe incluir toda la gama de discusiones, acuerdos, regulaciones y disputas en torno a la gobernanza digital y los tópicos delineados más arriba. De ahí y dada la importancia del tema, agradezco a El Heraldo de México su hospitalidad para esta columna que, en adelante, se intitulará "Diplomacia Digital", a fin de seguir comentando sobre estas cuestiones de actualidad.