Contra el fraude de Estado: la participación
Desde el primer día de su administración y luego de manera rutinaria, constante y sistemática, el titular del Ejecutivo ha violado la Constitución. Lo ha hecho al infringir el principio de imparcialidad que todo servidor público debe honrar, y cuya aplicación se debe cumplir siempre, no sólo en épocas electorales. Desde su conferencia mañanera y otros espacios pagados con recursos públicos ha atacado a todos aquellos mexicanos que no piensan como él. El uso y abuso del lenguaje presidencial hostil contra gran parte de la sociedad, políticos de partidos de oposición, periodistas, empresarios, clases medias, ha tenido el objetivo de ir preparando las condiciones para favorecer al partido oficial en las elecciones estatales y federales.
El desvío de recursos no solamente ha sido en el ámbito de la comunicación social. Como incluso fue denunciado por el ex secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard respecto del peculado realizado en diversas secretarías de estado a favor de Claudia Sheinbaum en la contienda por la candidatura presidencial, hay una operación de estado, utilizando recursos públicos y de orígenes sospechosos, para hacer imposible una contienda equitativa, justa e imparcial para los comicios de este año. No se trata de advertir que el día de la elección habrá fraude. Se trata de denunciar que estamos ante un fraude continuo.
La operación fraudulenta se ha dado en otros frentes. El jefe de partido, que es a la vez jefe del Ejecutivo, no cesa en desplegar acciones de acoso, hostigamiento institucional y otras deleznables acciones para incidir ilícitamente en los otros poderes federales e instancias diseñadas para funcionar de manera autónoma. Otro flanco es en la publicación y difusión de encuestas falsas. Esta treta ya la utilizó en la contienda de Estado de México, en la que la mayoría de las casas encuestadoras “se equivocaron” en sus levantamientos hasta en dos dígitos en relación con el resultado final de la elección. Los del partido oficial mintieron para ganar.
No estamos frente a una elección más. Nos encontramos ante una tentativa en curso de fraude de estado, con todas las agravantes del caso. Por esa razón, la respuesta que se prepara por parte de la ciudadanía será categórica: una asistencia a las urnas sin precedentes, animada por un afán colectivo de defender la democracia y un México en el que se garanticen condiciones para que la diversidad se conjugue para construir un país próspero, igualitario y en el que, por fin, prevalezcan la paz y la justicia.
*Coordinador del GPPAN y presidente de la Jucopo