OTRO FRENTE ABIERTO EN RUSIA
La realidad es que Isis-k sí tiene motivos para atacar a Rusia y la coyuntura era “ideal” para sus fines
“Esta atrocidad podría ser un eslabón más en la serie de intentos de quienes luchan contra Rusia bajo el régimen neonazi de Kiev”.
l viernes pasado Rusia fue noticia a nivel mundial, esta ocasión por ser víctima de un ataque terrorista. El victimario de Ucrania y de la democracia en su país, Vladimir Putin, fue objeto de un mensaje de odio a sus políticas y de creencias religiosas extremistas. El Estado Islámico propinó un golpe a los rusos mediante una agresión coordinada en el teatro Crocus City Hall.
El Estado Islámico, a través de su ala denominada Isis-k, fundado en 2015 y que sus miembros son considerados los más radicales e implacables, fueron quienes se adjudicaron el atentado. El autócrata ruso y sus fuerzas policiales no tardaron en reaccionar, aprehendiendo a cuatro de los terroristas que participaron. Además de mandar un mensaje de cero tolerancia al EI, Isis y a todo aquel que desee lastimar a Rusia, aunque sigue insistiendo que este hecho fue azuzado por neonazis ucranianos y hasta por el mismo gobierno de Zelenski.
Al respecto, no se hicieron esperar las especulaciones del hecho. Varios -opinadores- rusos e internacionales no dudaron en poner
la fidelidad del ataque, mencionando cuestionamientos como las impensable forma
EPutin. de la entrada de estos terroristas en una nación donde las fuerzas policiales se encuentran omnipresentes; o por la primer reacción del presidente señalando a Ucrania; también por el rápido operativo para detener a los terroristas.
Más allá de estos entredichos, la realidad es que Isis-k sí tiene motivos para atacar a Rusia y la coyuntura era “ideal” para sus fines. La Rusia de Putin se involucró de manera decisiva en las guerras chechenas entre 1990 y 2000 cuando el ejército ruso devastó Grozny. Asimismo, Rusia fue muy activa en la guerra civil siria, apoyando a Bashar al Assad, bombardeando a los “rebeldes” (también a civiles) y desarticulando casi por completo a las fuerzas del EI y al grupo terrorista Al Qaeda. Es decir, la historia entre EI y Rusia es añeja y altamente conflictiva. Seguramente seguirá y será muy violenta.
Así, ante las distintas perspectivas, si bien Putin, Rusia, sus políticas y acciones no son para nada ejemplares, es repudiable cualquier acto terrorista en contra de cualquier nación. Estas especulaciones sólo intentan aminorar la gravedad del terrorismo y de los asesinatos. Ahora tendremos que esperar la respuesta de Putin, desenfocarse de la guerra que perpetúa en Ucrania y de su lucha contra Occidente. Por otro lado, el conflicto bélico en Medio Oriente también estará atento a su respuesta y no reparará en reaccionar en contra de (su otro) Occidente ahora representado por Rusia.
Varios no dudaron en poner en tela de juicio el ataque