MOSCÚ ARDE
El atentado en Crocus City Hall abre la puerta a un nuevo episodio de control total en Rusia
“La embajada estadounidense señaló en un comunicado que tenía información sobre posibles transgresiones extremistas en concentraciones masivas, como conciertos”.
Crocus Sativus es el nombre de una de las flores más emblemáticas de Azerbaiyán, una antigua república soviética rodeada por el mar Caspio y las montañas del Cáucaso, que recorren Asia y Europa. La belleza de esta flor se puede apreciar rápidamente desde el conglomerado de los colores que conforman la estructura principal de sus pétalos, hasta en la delicadeza de sus tallos.
De la misma manera, es que uno de los barrios más famosos y acaudalados de la ciudad de Krasnogorsk cerca de Moscú alberga en su interior una plaza tan espectacular como el Crocus City Hall, un sitio que además de contar con centros comerciales y de entretenimiento, también incorpora una sala de conciertos, lo suficientemente espectacular como para haber sido, sede del concurso Miss Universo en 2013.
En este lugar, de acuerdo con las autoridades, se reciben hasta un millón de habitantes de manera diaria.
En ese mismo sitio, la noche del viernes 22 de marzo del presente año, un grupo de cinco hombres armados y vestidos con ropa de camuflaje dispararon con armas automáticas contra los espectadores que presenciaban un evento musical en la sala de conciertos de la lujosa de Krasnogorsk. La autoría de este acto abominable se la adjudicó el grupo Isis, una célula terrorista perteneciente al Estado Islámico.
Hasta el momento, se han informado en diferentes medios de comunicación de al menos 133 muertos y más de 140 heridos como resultado de estos atentados. La masacre, se suma a una ola de amenazas y agresiones que desde hace varios años, el Estado Islámico, ha infringido hacia el pueblo Ruso como resultado de su decisión de apoyar a los enemigos de esta organización separatista y en épocas recientes, por el decisivo papel que ha tenido el grupo Wagner en la región del Sahel para garantizar la separación de los países africanos de la tutoría de los franceses, aunque ello, signifique que el Estado Islámico, también vea disminuida su presencia en la región.
En medio de este contexto, varios datos llaman la atención; el primero de ellos que desde el pasado 8 de marzo, diversas embajadas occidentales, incluyendo las de Estados Unidos y el Reino Unido, emitieron alertas a sus ciudadanos en Rusia sobre la posibilidad de ataques, especialmente en eventos masivos en Moscú. La embajada estadounidense, por ejemplo, señaló en un comunicado que tenía información sobre posibles transgresiones extremistas en concentraciones masivas, como conciertos.
Esta información no fue desestimada del todo por los servicios de inteligencia rusos, pero sí disminuidos de manera importante, ya que, de acuerdo con las declaraciones de Vladimir Putin las consideraba como un “chantaje obvio”, destinado a intimidar a la sociedad rusa.
El segundo dato importante, es que previo a este atentado, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia, reveló que el 7 de marzo había frustrado un intento, presuntamente planeado por el Estado Islámico, contra una sinagoga en Moscú, acción en la cual los sospechosos fueron neutralizados. Hasta el momento, no ha quedado claro, si este incidente tiene alguna relación directa con las advertencias emitidas por las embajadas estadounidense y británica que habían hecho mención del riesgo inminente que se cernía en tierras soviéticas.