LA INCLUSIÓN FINANCIERA DE MIPYMES. MOTOR DE PROGRESO
La mayoría de estas empresas operan al margen del sistema financiero formal, limitan su capacidad para tener créditos
Mucho se ha hablado de inclusión financiera, pero pocas veces desde la perspectiva de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs).
En México, las MiPyMEs constituyen la columna vertebral de la economía, representando 99.8% de los establecimientos privados del país, de acuerdo con el Inegi. Las MiPyMEs aportan 42% del Producto Interno Bruto (PIB) y generan 80% del empleo nacional.
El panorama para las MiPyMEs en México es complejo. Durante el primer año sólo sobrevive una tercera parte de dichas empresas y una tercera parte del restante logra su permanencia por los siguientes cinco años.
Conforme al estudio
Strive México: Caminos hacia la resiliencia de las MYPES, se afirma que sólo 16% de las microempresas tiene una cuenta bancaria, lo cual muestra la urgencia que existe en materia de inclusión financiera para las MiPyMEs en México.
La mayoría de estas empresas operan al margen del sistema financiero formal, limitando su capacidad para obtener créditos, invertir en su desarrollo y contribuir formalmente al desarrollo económico del país.
En México, 35% de las pequeñas y medianas empresas encuentran la falta de liquidez y de capital de trabajo como su principal motivo de fracaso. Según un informe del Banco de México sobre la evolución del financiamiento a las empresas, debido a las altas tasas de interés de los créditos bancarios, cerca de 47% de los emprendedores y empresarios no busca financiamiento privado.
Para mejorar su incorporación al mercado es crucial que el sistema financiero tradicional y los nuevos actores, como las fintechs y neobancos, colaboren estrechamente.
Hay quienes opinan que la banca de desarrollo debe ser el responsable de la inclusión para las MiPyMEs, sin embargo y sin quitar responsabilidad a dicha banca de desarrollo, es de suma importancia ir más allá de dicha propuesta con el fin de que el sector privado, a través de plataformas novedosas, pueda apoyar a la integración de dichos negocios al sistema financiero.
Por ello, las políticas públicas y los marcos regulatorios deben fomentar la creación de un entorno que promueva la innovación y la competencia. Es de suma importancia reconocer que, la innovación en el sector financiero puede actuar como motor que impulse la inclusión, logrando una expansión y consolidación del sistema financiero.
Por lo anterior, es relevante para el país apoyar prácticas que fomenten la inclusión, como apoyo a programas de pagos digitales y acceso a créditos justos y transparentes. En algunos países como Bangladesh, instituciones financieras han implementado modelos innovadores de evaluación de riesgos y transparencia en torno a los costos para atender a este sector teniendo éxito.
Interoperabilidad y Competencia: Incentivar la competencia a través de sistemas que faciliten la interoperabilidad entre distintos proveedores de servicios financieros. Promoción de la Adopción mediante subsidios e incentivos a comercios: podría acelerar la transición hacia recepción y pagos digitales al hacer atractiva la adopción desde un punto de vista monetario.
Por cierto, hoy que estamos en plenas campañas electorales, sería muy interesante escuchar sobre ¿cuáles son los planes de los candidatos en materia de inclusión financiera? Esperemos que la Convención Bancaria de Abril en Acapulco sirva como marco para contrastar sus ideas y plantear sus propuestas sobre como fortalecer el país a través del acceso a los servicios financieros.
“En México, 35% de las pequeñas y medianas empresas encuentran la falta de liquidez y de capital de trabajo como su principal motivo de fracaso”.