Migración y gentrificación: ¿correlación o tabú?
¡No toda gentrificación implica migración, ni toda migración implica gentrificación! De acuerdo a ONU-Habitat, la gentrificación sucede cuando un proceso de renovación y reconstrucción urbana se acompaña de un flujo de personas de clase media o alta que suele desplazar a los habitantes más pobres de las áreas de intervención.
Se trata de un fenómeno urbano cada vez más debatido en México, y a menudo se atribuye a diversos factores, incluida la presencia de migrantes; sin embargo, este enfoque “simplista” pasa por alto el papel que desempeñan las personas migrantes en la reactivación de zonas urbanas marginadas, así como las complejas dinámicas sociales y económicas que impulsan este proceso. Es importante desafiar el tabú que rodea a las personas migrantes como causantes de la gentrificación y reconocer las contribuciones positivas que pueden aportar al revivir ciertas zonas urbanas. Un estudio del Banco Mundial encontró que las personas migrantes contribuyen significativamente al crecimiento económico de sus países de destino, a través de la creación de empleo, innovación empresarial e inversión en sectores clave.
Por su parte, un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe destaca que la gentrificación puede tener efectos positivos y negativos, incluyendo la revitalización de áreas urbanas degradadas y el desplazamiento de residentes de bajos ingresos. Por otro lado, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación, las personas migrantes en México son reconocidas por su contribución a la diversidad cultural y al enriquecimiento de la vida urbana. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura destaca el papel de las personas migrantes en la promoción de la diversidad cultural y la creatividad en las ciudades.
Estudios realizados en ciudades como Londres y Nueva York han demostrado que la presencia de personas migrantes puede revitalizar barrios degradados al aportar una variedad de culturas, tradiciones y perspectivas, lo que crea comunidades más dinámicas. Si bien es importante reconocer los desafíos asociados, también es fundamental destacar los aspectos positivos que la migración puede aportar a la reactivación urbana. Al promover políticas que fomenten la inclusión, la diversidad y el desarrollo comunitario equitativo, podemos aprovechar el potencial positivo de la migración para mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades.
*Miembro del Consejo Directivo de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, A.C.