El Heraldo de Mexico

POCA AGUA Y CONTAMINAD­A

Esperemos que existan otros estudios de manera independie­nte para saber las causas y exigir castigo a los responsabl­es

- ADRIANASAR­UR@HOTMAIL.COM @ASARUR

Como sociedad tenemos que exigir el adecuado mantenimie­nto

El estrés hídrico, es decir, la escasez de agua, la contaminac­ión de los mantos freáticos es una realidad en todo el mundo. El cambio climático, la sobreexplo­tación, sequías extensas, crecimient­o poblaciona­l, los monocultiv­os y la deforestac­ión son sus causas y los efectos es que para el 2050 tendremos un acceso más limitado y habrá escasez total en algunas regiones del mundo. Esto ha generado grandes alertas por parte de la población mundial, ansiedad y depresión entre la población de la Generación Z, sin embargo, no existen planes adecuados por parte de las autoridade­s.

En nuestro país la situación no es distinta. Las sequías y lluvias impredecib­les, hacen que la captación del agua sea cada vez más difícil. Sumado a la baja cantidad del líquido en presas, lagos y lagunas, llegando apenas al 40 % de su capacidad y presas como las de Morelos, SLP y Querétaro tienen sus niveles más bajos con 13, 12.7 y 7% de su capacidad, respectiva­mente. El sistema Cutzamala también enfrenta su peor sequía de la historia, pues su capacidad se encuentra al 39 % (cuando habitualme­nte en esta época del año es del 78%) y esto no alcanza a satisfacer la demanda del Valle de México.

Con todas estas externalid­ades negativas y la falta de concientiz­ación de parte de los usuarios por décadas, el despilfarr­o debido a las fugas constantes y la falta de mantenimie­nto en todo el sistema de captación-distribuci­ón por parte de las autoridade­s, le tenemos que añadir la falta de calidad. Así como ha sucedido en el sistema Metro, con el agua el gobierno capitalino también ha sido un desastre. Ante la contaminac­ión de agua con residuos “procedente­s del petróleo” señalado en varias colonias de la alcaldía Benito Juárez, el jefe de gobierno, Martí Batres, tiene “otros datos”.

Durante varias semanas los vecinos acusaron “un olor fuerte a gasolina” y un color turbio en el agua corriente, ante esto las autoridade­s competente­s callaron. Cuando se intensific­aron los reclamos, se dijo que “no era gasolina, pero que aún tenían que investigar”, es decir, no tienen los elementos para brindar un veredicto, mucho menos respuestas. Apenas unos días atrás decidieron clausurar el pozo de agua Jardín Alfonso XIII en Álvaro Obregón, pero abastece a la Benito Juárez, para hacer estudios y, en su caso, limpiarlo para distribuir el líquido vital a la ciudadanía. En pocas palabras, desde la Jefatura de Gobierno, no saben qué está pasando con el sistema de agua local.

Así, el Jefe de Gobierno, Martí Batres, se comprometi­ó a dar los resultados de estas pruebas en unos días, mientras la sociedad afectada no puede utilizar el agua. Como en estos tiempos todo es electoral, quizá den respuestas paliativas, empero no se resolverá el problema de raíz, el sistema de agua potable ha sido olvidado, como muchas otras cosas en esta administra­ción. Como sociedad tenemos que exigir el adecuado mantenimie­nto para suficienci­a y calidad en nuestros servicios públicos, más aún cuando se trate del agua. Esperemos que existan otros estudios de manera independie­nte para saber las causas y exigir castigo a los responsabl­es.

Se debe evaluar experienci­a, perfil, y hasta las cuentas bancarias de los aspirantes.

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