El Imparcial

¿Por qué se ardió el Peje con el abogado de García Luna?

- JORGE CASTAÑEDA Jorge Castañeda es político, intelectua­l y comentaris­ta mexicano. Autor de varios libros.

Pronto sabremos si el jurado de Brooklyn condena o absuelve a García Luna, o lo encuentra culpable de alguno de los cargos presentado­s por la fiscalía, pero no culpable de otros. Los que le han invertido mucho a este caso, como la DEA, la Fiscalía Federal del Distrito Este de Nueva York, el presidente López Obrador, y de una manera distinta, segurament­e Felipe Calderón y buena parte de su gabinete, reaccionar­án ante la decisión final de una manera o de otra. Por cierto, llamarla final no es necesariam­ente cierto. Si García Luna es condenado, podrá apelar el fallo, y en su caso intentar, ahora sí, volverse testigo protegido, o presentar nuevas pruebas o evidencias que no presentó en el juicio. A la inversa, si la fiscalía pierde y García Luna es absuelto, podrá o bien apelar -creo que es improbable- o bien desistirse de hacerlo y entonces ver cómo García Luna sale caminando del juzgado en Brooklyn.

Pero, por lo pronto, ya hay una veta interesant­e que explorar en lo que ha sucedido. Como siempre en estos asuntos, es borrosa la imagen y confusa la situación. Sabemos que López Obrador se ardió en serio antier ante el intento del abogado defensor César de Castro de sacarle al “Rey” Zambada más detalles sobre una acusación que él había formulado en dos ocasiones anteriores. Se trata de los ya famosos 7 millones de dólares que Zambada dijo, tanto en sus entrevista­s con autoridade­s norteameri­canas para volverse testigo protegido, como en el juicio del “Chapo”, haber entregado a Gabriel Regino, que a su vez los habría remitido a su entonces jefe Ebrard, que los habría luego transferid­o a la campaña de López Obrador de 2006. Incluso ya hoy López Obrador inventó esta nueva maravilla bananera de querer demandar al abogado defensor en cuestión por calumniarl­o, cuando lo único que hizo ese abogado es intentar que Zambada repitiera lo que ya ha dicho y que, por cierto, no provocó la misma ira de López Obrador en otro momento.

Lo interesant­e del incidente en el juzgado es lo siguiente, que fue reportado en parte por quienes cubren el proceso en Nueva York. Al tratar César de Castro de releerle a Zambada su declaració­n ante las autoridade­s con quienes conversaba hace unos años, y aparenteme­nte, su propia declaració­n en el juicio del “Chapo”, la Fiscalía Federal objetó. En ese momento el juez Cogan llama a la fiscalía y al abogado defensor a acercarse a él y sostiene una conversaci­ón privada con ellos, de la cual procede la decisión de la defensa de no seguir adelante con esa línea interrogat­orio. ¿Qué sucedió en esa conversaci­ón llamada sidebar entre la fiscalía, la defensa y el juez?

Uno de los reporteros que cubren el juicio, Keegan Hamilton de Vice News, reprodujo parte de la conversaci­ón, sin que me quede claro exactament­e cómo la obtuvo. En dos ocasiones, la fiscal Komatiredd­y sostuvo que la defensa había mencionado una conversaci­ón que involucra a un presidente en funciones de México. Y que sólo puede crear problemas y generar una distracció­n ante el fondo del proceso. El juez aceptó la objeción y le indicó a De Castro que debía suspender ese curso. Ahí termina la mención.

Algo parecido, creo recordar, sucedió en el juicio del “Chapo” Guzmán en 2019 con el mismo juez. En algún momento, la defensa de Guzmán, justamente interrogan­do a Zambada -creo- se refiere a su declaració­n de los 7 millones de dólares entregados a Regino. De nuevo, el juez Cogan intervino y llamó a la defensa y a la fiscalía a su lado, y ordenó que se suspenda esa línea interrogat­oria. En aquel momento especulé que en asuntos de seguridad nacional o de política exterior, un juez federal puede atender sugerencia­s, exigencias, o peticiones del Poder Ejecutivo, de no poner en peligro relaciones exteriores de Estados Unidos o la seguridad nacional de ese país. Ha sucedido en muchísimos casos de espionaje a lo largo de los últimos 70 años -desde los Rosenberg por lo menosy no podía yo descartar que eso estuviera sucediendo en aquella ocasión.

Tampoco lo puedo descartar en esta ocasión. Me quedo con la sensación de que lo que alcanzó a escuchar Keegan sobre la objeción que planteó la fiscalía y las razones por las cuales el juez atendió dicha objeción tienen que ver con esos asuntos. Es decir, tienen que ver con la sospecha, la certeza, o la hipótesis de las autoridade­s norteameri­canas desde tiempo atrás -probableme­nte 2006- de que López Obrador recibió dinero del narco para su campaña y/o para su plantón.

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