DE POLÍTICA Y COSAS PEORES
CATÓN
Año de 1800, presente lo tengo yo. Llegó a la Nueva España don Félix Berenguer de Marquina en calidad de virrey, el cuadragésimo quinto en la lista de quienes gobernaron estas tierras durante los 300 años que duró la mal llamada Colonia. Digo mal llamada porque España, a diferencia de Inglaterra, no estableció colonias en el nuevo mundo: Fundó reinos. Lo primero que llamó la atención acerca de don Félix fueron sus pies, desmesuradamente grandes. En un tiempo en que los pies pequeños eran, tanto en las damas como en los caballeros, seña de distinción y origen noble, don Félix los tenía enormes, hasta el punto de causar asombro. Era patón el nuevo virrey, si me es permitida
No sorprende que la crisis y la muerte por fentanilo sea ahora el enfoque de un nuevo enfrentamiento entre ambos países. La pregunta es si, ante el extraordinario número de adictos y muertos por sobredosis en Estados Unidos se traduzca en un importante cambio de paradigma en la cooperación.
Durante décadas la apuesta del Gobierno de México y de Estados Unidos en materia de seguridad nacional y seguridad pública era la cooperación y hasta cierto punto corresponsabilidad con la tradicional pizca de desconfianza. En este esquema, idealmente Estados Unidos defendía sus intereses en el ámbito de seguridad nacional, entre otras asegurar prevenir el ingreso por la frontera armas de destrucción masiva, individuos que desean llevar a cabo actos violentos, inclusive actos terroristas en contra de intereses estratégicos y ciudadanos estadounidenses, además de prevenir un flujo descontrolado de migrantes y narcóticos por la frontera.
Para México, este esquema de cooperación con Estados Unidos aseguraba menos injerencia en política interna del País. También permitió que se abriera la negociación y eventualmente un acuerdo comercial que se anticipaba que sería el catalizador del desarrollo en México. Primero fue Tlcan en 1994 y más recientemente esa expresión pedestre. En segundo lugar los súbditos del enviado real, lo mismo peninsulares que criollos, no tardaron en darse cuenta de que el recién llegado tenía muy poco seso. Lo que le sobraba de pies le faltaba de cerebro. Era medio pen…, si me es permitida otra expresión más pedestre aún. Cierto atrevido cortesano hizo una apuesta: Le diría al virrey, sin que se diera cuenta, que tenía pata grande y reducido entendimiento. Así lo hizo: Le entregó un ramo de flores con un listón en el cual se leía: “A pie y a caballo nadie te gana”. Poco duró el gobierno de don Félix -tres años nada más-, y en ese tiempo la única obra que hizo fue una fuente que no llegó a funcionar porque quienes la construyeron no tomaron en cuenta un pequeño detalle: En el lugar donde la fuente se colocó no había agua. (Digamos de paso que tampoco tomaron en cuenta ese insignificante detalle, el de la falta de agua, los cortesanos que en sumisa obediencia de órdenes reales plantaron un ahuehuete en la glorieta llamada “de la palma” en el Paseo de la Reforma. En todas las épocas se cuecen en 2018 el TMEC. Más allá de los conflictos y enfrentamiento en materia de seguridad, los vecinos distantes protegían y promovían los acuerdos comerciales que proporcionaban un nivel de estabilidad.
Aunque es una obviedad decirlo, pero es importante subrayarlo: La globalización se ha traducido en la pacificación y reducción de guerras alrededor del mundo. ¿Cómo explicarle a la generación actual que, durante la Segunda Guerra Mundial, hace unos 80 años, Europa estaba dividida y en un proceso de destrucción? Hoy, gracias a la Unión Europea, es casi inimaginable una guerra en el viejo continente mucho menos una guerra entre Reino Unido y Alemania. Cualquier enfrentamiento tendría una caída catastrófica en la economía y por ende un impacto para todos los ciudadanos. En países democráticos estos impactos se traducen en cambios en los gobernantes. En países totalitarios, el impacto es mucho menos. De hecho, se supone que ser miembro implica ser un país con valores democráticos.
Acuerdos comerciales reducen guerras. Este es una de las lecciones aprendidas más importantes para los expertos en seguridad nacional en el último siglo.
Pero en el caso de la relación bilateral, hasta ahora no hay una visión clara de cómo Canadá y Estados Unidos eventualmente integrarán en su totalidad a México. Ya que, a diferencia de la Unión Europea, los ciudadanos mexicanos no tienen libre acceso para entrar a Estados Unidos y trabajar. También es una realidad que una de las únicas peticiones contundentes que surge razones de seguridad nacional, es la imperiosa necesidad de controlar el tráfico de armas provenientes de los Estados Unidos. Y aunque han incrementado dramáticamente las exportaciones a Estados Unidos, lo irónico es que habas). Volviendo a la fuente que construyó don Félix, la gente acabó usándola como meadero o mingitorio público. Un pícaro versificador hizo la síntesis del trienio del virrey en una malévola cuarteta: “Para perpetua memoria/ nos dejó el virrey Marquina /una fuente en que se orina. /Y ahí se acabó la historia”. Creo que fue el mismo don Félix quien se molestó grandemente porque sin su autorización se llevó a cabo una corrida de toros. A fin de salvar el respeto debido a su investidura promulgó una premática -pragmática, o leyen la cual declaraba inexistente la tal corrida celebrada sin su venia, y dejaba nulos y sin efectos todos los hechos en ella sucedidos. Pues bien: Pienso que la concentración que López Obrador hará este día en el Zócalo puede también considerarse inexistente y sin efecto alguno. Eso de que la manifestación es para recordar el aniversario de la expropiación petrolera decretada por Lázaro Cárdenas es sólo pretexto para dar respuesta a las marchas de ciudadanos que se efectuaron en numerosas ciudades del País en apoyo al INE y rechazo al nefasto plan B de AMLO. Vale decir que el mitin de hoy es una expresión de despecho por parte del tabasqueño, una exaltación a su ego y una venganza contra los ciudadanos libres y conscientes que protestaron por el autoritarismo presidencial. Ningún valor, ningún significado tiene la reunión de hoy, cuyos participantes, en su inmensa mayoría, serán acarreados al acto para que aplaudan y vitoreen al caudillo. Millones de pesos se gastarán en esa inútil farsa ordenada por el monarca de la 4T para adularse a sí mismo. Ese derroche desmiente la austeridad que se predica. A fin de cuentas todo será como si nada hubiera sucedido, y nulo y sin efectos quedará lo que en ella se haga o diga. Una simulación más de este régimen alejado lo mismo de la verdad que del bien de la Nación. FIN. los grandes recipientes de las remesas en el mundo, cuyo envío continuó aumentando dramáticamente, un alto porcentaje originalmente tuvo que entrar en una forma ilegal.
Y aun así, a pesar de los momentos difíciles en la relación, el equipo diplomático del Departamento de Estado y de la Secretaría de Relaciones Exteriores buscaban salir adelante, con la excepción del manejo de armas y diferentes juicios interpuestos por la SRE.
Pero con la llegada de Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador lo que era un tono público de cooperación y regulares enfrentamientos a puertas cerradas, ahora el tono público agresivo continuó siendo de regaños y amenazas públicas. Obviamente es difícil regresar a un proceso de cooperación y entendimiento. Pero también es obvio que más y más se ha buscado integrar estas diferencias a los procesos electorales, donde resolver enfrentamientos no es la prioridad sino los bonos políticos para los venideros procesos electorales.
La pregunta de nuevo es si hay un nuevo paradigma para la relación ante la muerte desbordada de jóvenes estadounidenses y la muerte y violencia en México gracias a las organizaciones criminales que trafican a EU. Por ahora los incentivos no será resolver sino usar el enfrentamiento para las campañas en ambos lados. Pero al mismo tiempo, con imágenes de millones de pastillas incautadas y cientos de migrantes que están tratando de cruzar los puentes que dividen ambos países, esta situación son indicios del rompimiento, por lo menos a corto plazo para que los “adultos en el cuarto” puedan sentarse a negociar. Para continuar la semana que entra.
Nuestra forma de ejercer el liderazgo no puede basarse en el pasado, se vuelve obsoleta.
Este empresario, Manuel Antonio Garcés, me pidió que lo acompañara otra vez a reunirnos con cada uno de sus hijos para retroalimentarlos por sus resultados del año. Llevamos varios periodos haciendo estas reuniones. El año pasado ya los hijos quedaron descontentos con la forma como las hemos manejado.
Juan Carlos es el mayor, tiene 38 años, estudió Ingeniería Industrial y luego un MBA en Kellogg Business School. Trabajó tres años en Procter & Gamble y lleva muchos años en la compañía en distintas áreas. Ahora es el Director Comercial.
Pedro Luis, el segundo, tiene 36 años. Estudió Finanzas y luego un MBA en New York University. Trabajó cuatro años en PWC en los Estados Unidos, y luego se regresó a la empresa. Ahora ocupa el cargo de Gerente de Planeación Financiera.
Ana María es la más joven de los tres. Tiene 33 años. Estudió Administración de Empresas y luego una Maestría en Desarrollo Organizacional en la Universidad de Pepperdine. Trabajó dos años en Mercer Consulting y ahora dirige el área de Formación y Desarrollo dentro de la Dirección de Capital Humano.
Los tres pasaron varios veranos en la compañía y han trabajado en diferentes departamentos. La conocen bien y se sienten muy comprometidos con ella.
Por insistencia del padre volvimos a juntarnos con cada uno de ellos. La dinámica fue la misma. Aunque cada hijo tiene sus perspectivas estratégicas y prefieren dialogar sobre los retos del futuro, el padre otra vez los cuestionó por sus tareas pendientes y por las de sus colaboradores. Los hijos mostraron su inconformidad por “perder el tiempo” en temas operativos.
Después de las sesiones abordamos de nuevo con el padre el tema de los estilos de gestión. En esta ocasión ya se molestó. Me dijo que con esa forma de dirigir habían tenido éxito. Una vez más le comenté que esa manera de ejercer el liderazgo debe haber sido muy eficaz durante las primeras etapas del negocio, pero ahora que habían crecido, y que tenía una estructura compleja con ejecutivos de otro calibre, tenía que evolucionar.
En general la Gestión por Tareas se centra en lo que hacen los subalternos. El jefe precisa lo que tienen que hacer y le da seguimiento a sus avances, logros y dificultades.
La Dirección por Objetivos se orienta a precisar las metas a las que los colaboradores se comprometen. El jefe analiza, negocia y acuerda con ellos los compromisos en términos de objetivos específicos y luego revisa su desempeño con los indicadores que se derivan de los mismos.
La Gestión por Misiones se enfoca en definir el propósito corporativo. El jefe delibera con su equipo la visión de futuro y los grandes lineamientos estratégicos. Luego dialoga periódicamente con ellos para reevaluar la posición de la empresa y los ajustes que necesitan hacer.
Generalmente los fundadores de grupos familiares hacen crecer sus negocios con un estilo centrado en tareas. Al crecer les toca hacer la transición hacia la Dirección por objetivos. Este cambio implica un esfuerzo arduo de años. Muchos nunca lo logran del todo, y siguen arrastrando sus prácticas anteriores.
Si la organización sigue creciendo y evolucionando, los fundadores o el hijo elegido para sucederle en muchos casos delega la Dirección General y brinca a la Presidencia del Consejo de Administración. Es en esta etapa donde necesita darse la transformación más complicada, pues tienen que evolucionar hacia la Gestión por Misiones.
Persistir en dirigir por tareas, aunque muy efectiva cuando los colaboradores necesitan seguir con disciplina las instrucciones del líder, tiene sus implicaciones en grandes organizaciones. Orienta los diálogos hacia la operación, es muy detallista y puede desalentar a gerentes creativos e innovadores.
La Dirección por Objetivos, por su parte, cuando pretendemos aplicarla con sucesores que queremos formar en el ejercicio de la Dueñez, los concentra en labores del management y les dificulta adquirir la perspectiva de más largo plazo, de los costos de oportunidad, de lo que están dejando de hacer.
Revisemos nuestro estilo de gestión. Si nos corresponde cambiar enfrentémoslo con seriedad. Eso tenemos que lograr con Manuel Antonio.