LO QUE ÉL QUISO DECIR
RUBÉN AGUILAR VALENZUELA
Cae el canje de armas
En los primeros cinco años del sexenio del presidente (Enrique) Peña Nieto se canjearon 89 mil 697 armas y en lo que va del Gobierno del presidente (Andrés Manuel) López Obrador solo 21 mil 479, según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
La caída es de 68 mil 218 armas que representa el 76%. Los datos revelan que en el actual Gobierno no se ha hecho mayor cosa por reducir el número de armas en poder de los particulares.
El programa de Canje de Armas está a cargo de la Sedena y los datos muestran que en esta administración ha sido un rotundo fracaso como lo indican las estadísticas de la propia institución.
De las armas canjeadas en el Gobierno de Peña Nieto 60 mil 678 fueron cortas y 16 mil 270 largas, y en lo que va del de López Obrador 16 mil 270 son cortas y 5 mil 209 largas.
Por año en el Gobierno de Peña Nieto el canje de armas se dio de la siguiente manera: 31 mil 506 (2013); 24 mil 466 (2014); 15 mil 813 (2015) 11 mil 017 (2016) y 6 mil 895 (2017).
En el Gobierno de López Obrador se ha comportado así: 7 mil 146 (2019); mil 662 (2020), mil 167 (2021) 6 mil 168 (2022) y 5 mil 336 (2023).
Según la Sedena en el actual Gobierno las entidades federativas donde ha habido más canjes de armas son: Ciudad de México (7 mil 422); Estado de México (5 mil 385); Sinaloa (mil 436); Chihuahua (mil 144) y Chiapas (609).
Los especialistas señalan que el programa de canje sólo funciona y tienen éxito si está acompañado de otras políticas públicas como programas de concientización y sensibilización a la población.
Un ejemplo concreto, plantea una de las especialistas consultadas por Daniela Wachauf (El Universal, 23.01.24), es advertir a la ciudadanía sobre el peligro de portar armas en cualquier festividad comunitaria incluyendo las religiosas.
Señalan que hay muchos ejemplos de política pública para animar el canje de armas y que todos están relacionados con programa de educación, concientización y sensibilización ciudadana.
Los expertos consideran que hay dos explicaciones posibles, aunque falta investigación de campo, para entender el por qué de la baja dramática de canje de armas en esta administración.
El que en este Gobierno no ha habido interés en poner en marcha programas que incentiven el canje de armas y que ante la violencia que se viven en el País, los particulares han decidido conservar sus armas.
La Sedena es responsable del programa Canje de Armas, su objetivo: “Recolectar para su destrucción de manera voluntaria, anónima, pacífica y acordada, armas de fuego y explosivos en poder de la ciudadanía, a cambio de recibir un monto económico definido de acuerdo a un tabulador, con el propósito de inhibir su utilización en actos violentos”.
Ante el fracaso de la operación del programa en la presente administración, que ha implicado una reducción del 76%, toca a la Sedena dar cuenta del por qué. Su comandante en jefe debería invitar a una mañanera al secretario de la Defensa para que explique los escasos resultados.