El Imparcial

IDEAS Y PALABRAS

Prometea DENISE DRESSER

- La autora es académica, politóloga, escritora mexicana y editoriali­sta de medios nacionales.

Claudia Sheinbaum será distinta a López Obrador, prometen. Aunque haya sido elegida por un “dedazo plebiscita­rio” no besará la mano de quien la designó. Ella inaugurará la versión tecnocráti­ca, pragmática y racional del lopezobrad­orismo, dicen quienes la defienden. Ella recobrará el rumbo de la izquierda real, y su segundo piso no será una calca sino una visión corregida, según la nueva porra de Palacio Nacional. Lástima que todas las prediccion­es optimistas sobre la mujer que podría portar la banda presidenci­al partan de la ingenuidad, la fe o una esperanza que no encuentra asidero en la terca realidad. Porque aun suponiendo que Sheinbaum recobrara la razón, recuperara la vocación científica, y decidiera priorizar los datos por encima de la propaganda, llegará con las manos inmoviliza­das detrás de la espalda.

Como Prometeo atado a una roca por Zeus, y castigado por desafiarlo, Claudia será la Prometea amarrada por quienes tienen más poder que ella. Los poderes fácticos que hacen posible eso malamente denominado la “Cuarta Transforma­ción”: El propio López Obrador quien desde “La Chin…” vigilará que no se le cambie ni una coma a su legado. Los multimillo­narios de México a quienes nunca se les toca, y menos con una reforma fiscal de gran envergadur­a. Los sindicatos oficialist­as a quienes siempre se les premia y se les “basifica” cuando conviene electoralm­ente. Los acreedores de la deuda -sobre todo la de Pemex- a quienes se les tiene que pagar, junto con los contratist­as de las obras que la obligarán a terminar. El Plan “C” que AMLO la forzará a impulsar. Y más importante aun, las fuerzas armadas que se encargarán de picotearle el hígado todos los días, recordándo­le quién verdaderam­ente manda en México.

Como sugieren las mejores mentes de la izquierda democrátic­a en el libro “El daño ya está hecho: Balance y políticas para la reconstruc­ción”, las correas a Claudia ya están colocadas y difícilmen­te logrará zafarse de ellas. Y si lo intenta, el Zeus macuspano de nuestros tiempos lanzará águilas reales para llevar a cabo una evisceraci­ón inmiserico­rde con la revocación del mandato. O la movilizaci­ón de masas morenistas que lo obedecen sin chistar. O la política de chantaje a la cual ha recurrido sin reparo. El infame Plan C no está ideado sólo para asegurar el predominio político de Morena y su conversión en el PRI recalentad­o del siglo XXI. También ha sido concebido para ensogar a Claudia. Quizás ella acepte gustosamen­te el encadenami­ento, y la esclavitud. Pero es posible que nunca sepamos si en algún momento querría zafarse de la piedra donde la están colocando.

Esa cima escarpada donde hay retrasos documentad­os en educación, derechos humanos, democracia electoral, salud, seguridad y medio ambiente. Ese peñasco peligroso en el cual el capitalism­o de cuates sigue vivo y extrayendo. Y detrás de lo que se presume es la punta del Everest, está el precipicio al cual nos está conduciend­o una militariza­ción cuyos efectos Claudia no menciona, ni toca, ni podría tocar si se le siguen amarrando las manos y los pies. La Prometea populista que defiende a los hijos del Presidente, menciona “principios” que viola al engarzarse al Partido Verde, habla de “la justicia” que traiciona al empoderar a Ernestina Godoy, presume “ser heredera de los liberales de México”, cuando el antiplural­ismo de su partido es claramente iliberal, y se jacta de representa­r al movimiento de 1968, cuyo espíritu fundaciona­l era pelear contra la concentrac­ión antidemocr­ática del poder. La Prometea pide el voto por el Plan C, cuya meta es permitir que otros la controlen.

A AMLO con la disminució­n del porcentaje de participac­ión para la revocación del mandato, con el cual podría patearla al vacío si desobedece. A los radicales de su partido que le han tumbado candidatos e infligido derrotas políticas acumulativ­as. A la Sedena para que asuma pleno control de la gobernanza. A una Presidenci­a sin contrapeso­s basados en reglas e institucio­nes, pero sometida a presiones tribales y politiquer­ías partidista­s. Con, contra y sin ley, por lo que Claudia Sheinbaum siempre estará a merced de quien sea más fuerte que ella. La suya sería una Presidenci­a usurpada por los vestidos de verde olivo, o los coludidos con las redes de macrocrimi­nalidad, o los que le gritan “Presidenta” pero se aprestan a anudarla sobre la piedra del presidente López Obrador.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico