El Imparcial

A “puro pulmón” extraen pescadores el callo de hacha

Ante la amenaza de tiburones, los buzos de Yavaros se sumergen apenas a dos metros en el mar, sin equipo de oxígeno, para sacar el preciado producto

- POR JESÚS PALOMARES jpalomares@elimparcia­l.com

YAVAROS, HUATABAMPO.-Toman una fuerte bocanada de aire y sin algún equipo especial los buzos se lanzan al agua a unos dos metros de profundida­d y en un tiempo de 30 a 45 segundos (lo que les dura el aire) tienen que capturar todo el callo de hacha que puedan, a “puro pulmón”.

Esta es la situación que viven pescadores del puerto de Yavaros quienes ante la alerta que emitió la capitanía del puerto Regional de Guaymas y sus capitanías adscritas en el estado de Sonora, de avistamien­to de tiburones, no van más a lo profundo del mar en busca del sustento.

Ángel Martín Zazueta García, quien tiene 13 años como buzo, dijo que la amenaza de tiburones los dejó sin muchas opciones, pero deciden arriesgars­e y buscar la manera de seguir con la actividad, pues de lo contrario se quedan sin sustento.

“Todavía la pienso para tirarme al fondo, salimos aquí cerquita a la bahía y nos sumergimos a dos metros nada más; antes buscábamos muy a gusto, pero desde que han pasado los ataques de tiburón ya no estamos seguros”, mencionó mientras llegaba en su panga luego de una jornada de trabajo en la que apenas sacó un kilogramo de callo de hacha.

Dijo que él pasa unos 45 segundos bajo el agua aguantando la respiració­n, tiempo que es relativo, pues afuera del agua es un pequeño instante pero dentro del mar a dos metros de profundida­d, con frío y poca visibilida­d, parecen largos y valiosos minutos porque de ese lapso depende el llevarle el sustento a su familia.

“Y hay gente que nos regatea el producto, pero nosotros arriesgamo­s la vida para conseguirl­o”, expresó mientras sostenía con satisfacci­ón una bolsa de plástico con un kilo de callo de hacha recién sacado del mar.

SE TOPA CON TIBURÓN

Imagínese estar a unos ocho metros de profundida­d y de pronto toparse de frente con un tiburón blanco, eso le sucedió a Ignacio Lora, un joven buzo del puerto de Yavaros, quien narró cómo de milagro sobrevivió para contarlo.

“Fue un diciembre, un año antes del ataque donde murió el hermano; yo andaba buceando a unas 5 brazas y cuando me quise impulsar golpe algo, pensé que a mi compañero”, recordó, “pero volteé y miré al animal que al principio pensé que era una tonina”

Pero el animal daba vueltas alrededor del buzo de 24 años de edad cuando de pronto quedó justo en frente de él por lo que pudo observar que tenía el pecho blanco, y la parte de arriba gris, las caracterís­ticas de un tiburón blanco, aseguró.

“Hubo un momento en el que se puso frente a mí y ahí se quedó, ya me empezó a dar miedo porque vi que era con la panza blanca y gris de arriba”, agregó, “me fui tirando al suelo porque vi un documental en Guaymas y empecé a levantar polvo pero la verdad nunca le vi intencione­s de atacarme porque no abrió la boca”.

Al parecer la maniobra de tirarse al fondo y levantar polvo sirvió y, al ver la oportunida­d, tiró de la cuerda de seguridad para que su compañero que se encontraba arriba en la panga lo sacara de inmediato.

“Cuando llegué le platiqué a mis compañeros cercanos que había visto un tiburón, pero no me creyeron, es que antes buceaba uno muy a gusto y ellos tenían más experienci­a y recorrido, pero al año pasó el ataque donde murió el hermano”, abundó.

CONCHAS DE “A PIE”

De las denominada­s conchas de “a pie”, que son las almejas que los pescadores sacan de la bahía pero sólo de hasta donde el agua les llega a las rodillas, están sobrevivie­ndo pescadores y comerciant­es de Yavaros, pues los que bucean a dos metros de profundida­d son pocos y apenas sacan de 500 gramos a un kilogramo de producto, señaló Josefina Valenzuela.

La comerciant­e de mariscos preparados dijo que los puestos ofrecen almejas chocolatas, reyna, pierna de mujer, callo de hacha, almejas chinas, pero todas estas son de “a pie” porque ante la amenaza de tiburones los buzos no van más al fondo a sacarlas.

“Sin esto no sé cómo le íbamos a hacer porque todos aquí en el puerto dependemos de la pesca”, comentó, “ellos los buzos arriesgan sus vidas y ahorita no pueden trabajar por la alerta que hay”.

Un callo de hacha en su concha se vende hasta en 320 pesos en un restaurant­e del lugar y va preparado con distintas salsas y limón; el precio se debe a la escasez que existe del producto, añadió.

“Hay muy poco callo de hacha por eso está caro; el kilogramo así sin preparar anda en unos mil 200 pesos”, subrayó, “y ya preparado en platillos pues eleva el precio y no todos

lo pagan”.

EN ALERTA

Ramón Valenzuela Ruelas, presidente de la Cooperativ­a Loma Parda de Yavaros, dijo que toda la costa del Sur de Sonora está en alerta por el avistamien­to de tiburones, lo que los mantiene en incertidum­bre.

“Ahorita pues vamos a acatar lo que dice la alerta y avisar también si tenemos avistamien­to de animales”, apuntó, “ahorita las aguas están heladas y los animales andan costeando”.

Indicó que son unos 20 buzos en 12 pangas de diferentes cooperativ­as los que salen en busca del callo de hacha, algunos con jaulas protectora­s y pulseras “espanta tiburones” u otros sin equipo, pero todos cerca de la bahía sin meterse mar adentro.

“Ahorita la estamos haciendo, sacando poco callo, de uno a tres kilogramos nada más, un poquito de jaiba también, pero sobre todo lo que está sacando a flote son las almejas”, subrayó.

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l Algunas pangas están inactivas debido a que los buzos no salen a alta mar por la alerta de avistamien­to de tiburón.
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l De 50 buzos que había en Yavaros sólo 15 siguen saliendo en busca del callo de hacha y extreman precaucion­es ante el temor a los tiburones.
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l De 500 gramos a 1 kilo es lo que logran sacar los buzos en la actualidad y el kilo se vende a mil 200 pesos.

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