EDUARDO RUIZ-HEALY
El “Índice de Democracia 2023: Era de Conflicto”, elaborado por The Economist Intelligence Unit (EIU) y difundido ayer, presenta un análisis detallado sobre la condición actual de la democracia en el mundo. El índice evalúa a 167 países y territorios y los clasifica dentro de una de cuatro categorías: Democracias plenas, democracias defectuosas, regímenes híbridos y regímenes autoritarios, ofreciendo así una perspectiva amplia sobre los desafíos y retrocesos que enfrenta la democracia en diversos contextos geográficos y políticos.
El informe indica que hay una disminución en la puntuación promedio global de la democracia, que los regímenes no democráticos están fortaleciéndose y que los principios democráticos experimentan presiones crecientes. Esta situación se ve particularmente agravada en regiones como América Latina y el Caribe, además de Oriente Medio y África del Norte, donde se observan las caídas más notables en los índices de democracia.
El índice se basa en 60 indicadores distribuidos en cinco categorías clave que incluyen el Proceso Electoral y Pluralismo, Libertades Civiles, Funcionamiento del Gobierno, Participación Política y Cultura Política. Este método permite identificar con precisión las áreas de fortaleza y debilidad en cada país evaluado, ofreciendo así una herramienta valiosa para entender las dinámicas complejas que influyen en la salud democrática global.
Así, 74 de los 167 países y territorios se consideran democracias de algún tipo. Sin embargo, sólo 24 alcanzan la categoría de democracias plenas, reflejando así la excelencia en el respeto a las libertades políticas y civiles, junto con una cultura política que promueve activamente el florecimiento democrático. Es causa de preocupación el hecho de que el número de democracias defectuosas aumentó levemente, y que a pesar de que en ellas se realizan elecciones libres y respetan las libertades civiles, se registran carencias significativas en la gobernanza y la participación política.
En este contexto, México, que con una calificación de 5.14 ocupa el lugar 90 dentro del índice, quedando dentro de la categoría de regímenes híbridos, con una puntuación que refleja desafíos particulares en ámbitos como el funcionamiento del Gobierno y la participación política. A pesar de contar con un rico tejido cultural y un entorno político dinámico, desde 2019 México muestra una tendencia decreciente en su puntuación, evidenciando así los retos que enfrenta para fortalecer sus instituciones democráticas y procesos políticos. En lo que a la cultura política se refiere, la calificación es de apenas 1.88, una de las más bajas del mundo, pese que el presidente Andrés Manuel López Obrador asegure que los mexicanos “ya despertamos”.
El “Índice de Democracia 2023: Era de Conflicto” proporciona una instantánea de la condición actual de la democracia en el mundo y sirve como un llamado a la reflexión sobre la necesidad de esfuerzos continuos para promover y proteger los valores democráticos frente a las adversidades. A medida que el mundo navega por la “Era de Conflicto”, es imperativo que se mantenga el diálogo y la acción colectiva en pro de la integridad democrática, un desafío que no conoce fronteras y que requiere del compromiso de todas las naciones.
El ‘general’ Catarino
Por fin el Gobierno decidió apoyar la búsqueda de desaparecidos o bueno, por lo menos de uno, aunque no en nuestro País.
El presidente López Obrador no se ha preocupado de los desaparecidos en México, al grado de que se ha negado a ver a las Madres Buscadoras para evitar “la politiquería”, como dijo el 31 de julio de 2023. Sin embargo, sí recibió en Palacio Nacional, el 21 de julio de ese año, a Estela de Carloto, presidenta y fundadora de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, un referente internacional de la lucha contra la desaparición forzada. El 23 de agosto, también de 2023, forzó la renuncia de Karla Quintana de la Comisión Nacional de Búsqueda, quien posteriormente señaló que el Gobierno trataba de “reducir los reportes de desaparición, principalmente en este sexenio”.
Ahora AMLO está utilizando recursos del erario para buscar los restos de un desaparecido, sí, pero sólo de uno. Se trata de un “general revolucionario”, Catarino Erasmo Garza Rodríguez, quien falleció en la isla de Bocas del Toro, hoy Panamá, en 1895.
El esfuerzo no es pequeño. El equipo que viajará a Panamá para participar en la búsqueda estará formado por 20 militares, más tres tripulantes del avión que los trasladará, y 60 marinos. Los soldados realizarán trabajos de excavación mientras que los marinos harán “labores sociales y de interacción comunitaria”. Además, viajarán once funcionarios de la Secretaría de Gobernación, integrantes de la Comisión Nacional de Búsqueda, y dos de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Este equipo trabajará en Bocas del Toro desde el 19 de febrero hasta el 24 de abril de este año. El Senado ya aprobó el traslado de los militares a Panamá por 49 votos a favor, 15 en contra y 12 abstenciones. No hay información acerca de cuánto costará esta búsqueda.
En repetidas ocasiones el Presidente ha demostrado que su austeridad republicana no se aplica más que a los gastos que a él no le gustan, como a los organismos autónomos. En otras cosas es extraordinariamente dispendioso. Esta expedición a Panamá es un ejemplo significativo de la manera en que usa recursos públicos para pagar por sus ocurrencias u obsesiones, aunque es un gasto que no se encuentra ni remotamente cercano a los realizados para sus elefantes blancos, como el AIFA, el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas,
Catarino no fue realmente un general, sino un periodista crítico, nacido en Matamoros, Tamaulipas, que se levantó en armas contra el régimen de Porfirio Díaz y terminó peleando en la guerra civil colombiana hasta morir en 1895 en la isla de Bocas del Toro, que era entonces parte de Colombia. López Obrador se ha interesado tanto en él que publicó un libro sobre sus andanzas en 2016.
El dispendio en esta búsqueda en Panamá es particularmente irritante porque contrasta con el desprecio que el Presidente ha mostrado por los familiares de los desaparecidos. La Comisión Nacional de Búsqueda ha contado con pocos recursos y los familiares de los desaparecidos han tenido que enfrentar no sólo grandes dificultades para realizar sus búsquedas, sino ataques mortales. El caso más reciente es el de Angelita Meraz León, dirigente del grupo Unión y Fuerza por Nuestros Desaparecidos de Baja California, asesinada este pasado 8 de febrero en Tecate.
Mientras el Gobierno se desinteresa de los desaparecidos mexicanos, y les niega apoyos o por lo menos un encuentro, utiliza recursos para la búsqueda de los restos de un revolucionario del siglo XIX. Entiendo y comparto el interés del Presidente por la historia, pero no es aceptable que use recursos públicos para encontrar los restos de un personaje sólo porque a él le parece atractivo.
“El más delicioso de todos los privilegios: Gastar el dinero de otra gente”,
BLOQUEOS
Eunice Rendón reporta por X cómo unos policías de la CDMX golpearon a un camionero que bloqueaba la autopista México-Cuernavaca ayer. Algunos de los automovilistas lo celebraron. Entiendo la causa de los transportistas, pero hay un cansancio cada vez mayor con los bloqueos.
WILLIAM CABELL BRUCE.