El Imparcial

Miles de ucranianos sufren por familiares desapareci­dos

Algunos no han regresado del frente de batalla y otros han sido víctimas de los ataques

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KIEV, UCRANIA.- Iryna Reva mira fijamente su teléfono, donde reproduce el último video que su hijo Vladyslav, de 25 años, le envió desde la línea del frente antes de que el soldado voluntario desapareci­era hace 19 meses en una batalla con las fuerzas rusas en la región oriental de Donetsk, en Ucrania.

Reva es una de los miles de ucranianos que buscan desesperad­amente noticias de seres queridos que han desapareci­do en los dos años desde que comenzó la invasión rusa. Según la Policía Nacional de Ucrania, más de 30 mil personas han sido denunciada­s como desapareci­das en los últimos 24 meses.

“Hasta el día de hoy, sigo buscando a mi hijo”, dijo Reva. “Para mí, él está vivo. Independie­ntemente de las circunstan­cias, no hay pruebas de que haya fallecido”.

La última vez que habló con su hijo, ella le rogó que no participar­a en la batalla a la mañana siguiente. “No vayas, di que te duele el brazo”, le dijo por teléfono.

“Mamá, lo siento. Te quiero mucho”, respondió Vladyslav. “Voy a la batalla. No sé si volveré. Estaré fuera de contacto. Reza”. Esas fueron sus últimas palabras para ella.

Entre los desapareci­dos se encuentran soldados como Vladyslav, perdidos en el campo de batalla, pero también civiles y niños que han desapareci­do en diversas circunstan­cias. Para muchos familiares, la angustiosa incertidum­bre y la búsqueda incesante de respuestas se ha prolongado ya durante dos años sin que se vislumbre un final.

Inna Usenko abandonó su ciudad natal de Mariupol en un viaje de negocios el día antes de que comenzara la guerra

El Comité Internacio­nal X de la Cruz Roja (CICR) dice que desde febrero de 2022 su equipo ha sido contactado más de 100 mil veces por familias que buscan a sus seres queridos.

en 2022. Perdió contacto con su hermano, Herman Sikorskyi, el 1 de marzo cuando Rusia asedió la ciudad oriental y miles de civiles quedaron atrapados.

Varias semanas después, un ataque aéreo ruso alcanzó la casa donde él vivía.

“No sé qué pensar; si está vivo o no”, refirió. “Entiendo perfectame­nte que, si yo hubiera estado allí, él habría ido conmigo y tal vez algo habría sido diferente, así que me siento culpable todo el tiempo”.

ESTÁN DESESPERAD­OS

En un intento por encontrar a su hermano, Usenko presentó un informe de persona desapareci­da ante las autoridade­s de ocupación, la Federación Rusa y la Cruz Roja Rusa.

Desde su casa, que ahora está en España, vino a Ucrania para presentar una denuncia policial y proporcion­ar ADN a las autoridade­s ucranianas. A pesar de los esfuerzos, ninguna de las partes pudo proporcion­arle informació­n.

“Por supuesto, me gustaría creer que está vivo”, dijo Usenko, quien añadió que la incertidum­bre no sólo la agota a ella, sino que también afecta a amigos cercanos, familiares y a los hijos de él.

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l Iryna Reva, de 59 años, espera a su hijo Vladyslav en su apartament­o en Kiev, Ucrania.

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