“LEER, UN ACTO DE AMOR A LA VIDA”: PONIATOWSKA
CIUDAD DE MÉXICO.- A punto de cumplir 92 años y sin poder ver con el ojo izquierdo, Elena Poniatowska identifica en la lectura un acto de amor a la vida.
La Premio Cervantes acudió a su cita anual en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería para presentar “De corazón, Elena”, que reúne dos de sus cuentos ya publicados: De Gaulle en Minería y El corazón de la alcachofa.
“La costumbre de leer es un acto de fe, un acto de defensa, de amor a la vida”, dijo Poniatowska, quien ahora lee “El infinito en un junco”, de Irene Vallejo.
La periodista y escritora era esperada desde tres horas antes en el foro del Fondo Editorial Estado de México, que resultó insuficiente para tantos lectores ansiosos de escucharla y que pacientemente esperaron a que terminara la presentación del libro para alcanzarla en el pasillo y decirle cuánto la admiran, darle un ramillete de flores o al menos, saludarla.
Poniatowska suscita siempre la simpatía en quienes la escuchan, divertidos al enterarse cómo lanzaba sus “preguntas ingenuas, ignorantes” para tratar de conocer a quienes eran tratados con mucha formalidad en los periódicos.
Una escritora a la que jamás le ha preocupado el estilo para decepción del lector que se lo preguntó.
“Tengo ahora 91 años, he perdido totalmente la vista del ojo izquierdo, se lo digo para que usted no se enoje conmigo, si no le respondo esta pregunta, pero nunca he pensado ni en el estilo ni en la forma de escribir, simplemente reproduzco las palabras que los demás me dicen, lo que oigo en la calle y también lo que pasa por mi cabeza”.
O la escuela de periodismo que fue la cárcel de Lecumberri donde los presos estaban ansiosos de “contarle su prodigiosa vida de verdades, su prodigiosa vida de mentiras”.
“La época de la vida cuando más aprendí fue escuchando la vida de estos presos y luego de los presos políticos”, dijo Poniatowska en diálogo con la escritora Beatriz Zalce.