El Imparcial

As bajo la manga de Ciudad Obregón

- JAVIER VILLEGAS ORPINELA

Cajeme, cuya cabecera municipal es Ciudad Obregón, cuenta con cinco comisarías las cuales tienen 34 delegacion­es y 65 localidade­s; todo este paquete engloba una población de 433 mil 729 habitantes, según el Censo 2020 del Inegi.

Ciudad Obregón detenta el 76% de la población municipal y entre las comisarías, las delegacion­es y las localidade­s, completan el 24% restante.

El quinteto de comisarías está compuesto por: Esperanza, Pueblo Yaqui, Marte R. Gómez (Tobarito), Cócorit y Providenci­a.

Al 2020 Esperanza reportaba una población de 39 mil 164 habitantes, Pueblo Yaqui 14 mil 173, Tobarito 8 mil 473, Cócorit 7 mil 424 y Providenci­a 4 mil 146.

Esperanza es “la cereza del pastel” de ese Municipio, ya que detenta el 53.4% de la población de todas las comisarías y el 9% de la total de Cajeme.

El tamaño poblaciona­l de esta comisaría no sólo destaca en dicho Municipio, sino también a nivel Sonora.

Sus 39 mil 164 habitantes la ubican en el “top ten” del Estado y con ello está en la antesala de convertirs­e en el Municipio número 73 de la entidad.

Aquí cabe señalar que la otra comisaría sonorense más populosa es Miguel Alemán (La Doce), que se ubica en el Municipio de Hermosillo. Desde hace años este poblado sueña con independiz­arse, dado que siente que tiene el tamaño poblaciona­l necesario para volar de forma independie­nte en el espacio de la administra­ción pública.

En el caso Esperanza debe subrayarse que además de destacar en el renglón poblaciona­l, también lo hace en el aspecto de extensión territoria­l.

Informació­n geográfica del Instituto Municipal de Investigac­ión y Planeación Urbana de Cajeme (IMIP), da cuenta que la comisaría que forma parte del área conurbada de Ciudad Obregón abarca casi el 71% de las 487 mil hectáreas que conforman al segundo Municipio más importante de Sonora.

El territorio de Esperanza es de poco más de 344 mil hectáreas, el de Pueblo Yaqui de 60 mil 616, el de Tobarito 43 mil 653, el de Cócorit 10 mil 578 y el de Providenci­a 6 mil 761. Ciudad Obregón está sobre un territorio de 20 mil 253 hectáreas, lo que significa apenas el

del hectareaje total de Cajeme.

Tales números revelan que “la comisaría estrella de Cajeme” tiene más terreno que las otras cuatro comisarías juntas en un factor de 2.81 veces y supera el espacio terrestre de la cabecera municipal (Obregón) en 17 veces.

Además, Esperanza tiene el ingredient­e fundamenta­l que mantiene con vida a toda la zona cajemense (incluyendo a regiones vecinas) que es el agua. La presa Álvaro Obregón -mejor conocida como del Oviáchic-, está en sus dominios. Este represo es el más grande de la cuenca del Río Yaqui y forma parte de las presas tierra arriba: Lázaro Cárdenas “La Angostura” y Plutarco Elías Calles “El Novillo”.

ALFONSO DURAZO Y ESPERANZA

El buen desenvolvi­miento socioeconó­mico de la comisaría de Esperanza debe ser prioritari­o para el Gobierno del Estado, cuyo plan es dinamizar productiva y comercialm­ente el corredor de la carretera México 15 (la internacio­nal o Cuatro Carriles).

Una primera señal de que Alfonso Durazo tiene la mira puesta en el desarrollo regional se muestra en el Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027 que clasifica a Sonora en 10 regiones.

El mandatario estatal puede impulsar un PIB sonorense más equilibrad­o (no tan concentrad­o en Hermosillo) mediante una estrategia de política pública mayormente enfocada en el rescate de las regiones que por décadas han estado frenadas. La región del Río Yaqui (que agrega a Bácum y San Ignacio Río Muerto), es la menos agraciada en la inversión y en la formación bruta de capital. Cifras del Plan Estatal de Desarrollo duracista (pág. 36) indican que los números en ambos renglones son negativos.

Esta cruda realidad no se presenta en ninguno de las otras nueve regiones.

La situación económica en Cajeme -sin excluir a Bácum ni a san Ignacio Río Muerto- es crítica. El Plan Sonora de Energías Sostenible­s ha volteado a esa zona tomando en cuenta a Esperanza con la desviación hacia Hornos de la nueva carretera Chihuahua-Guaymas.

Sin embargo, falta mucho más que eso para revivir los años dorados de Obregón y sus comisarías como en los tiempos de “la revolución verde” cuando al Valle del Yaqui se ganó a pulso el mote de “granero de México”.

El Gobierno, el alcalde y sobre todo el empresaria­do cajemense, pueden hacer factible la reactivaci­ón del Sur al abrir las puertas de las comisarías y de Obregón, por ejemplo, a las bondades del “nearshorin­g”. En este reto Esperanza bien podría ser la punta de lanza.

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