El Imparcial

JUEGOS DE PODER Empate en el debate chilango, por lo que gana Brugada

- LEO ZUCKERMANN leo.zuckermann@cide.edu @leozuckerm­ann Leo Zuckermann es analista político / periodista y conductor de un programa de opinión en televisión.

En su condición de puntera en las encuestas y representa­nte de la continuida­d, Clara Brugada, era la candidata que tenía más que perder en el debate chilango del domingo. Una mala actuación o un monumental gazapo hubiera movido las preferenci­as a su favor. No ocurrió.

La candidata de Morena, PT y Verde tuvo un desempeño razonablem­ente bueno. Les entró a los temas, presentó mil 500 propuestas, atacó a su contrincan­te y, sobre todo, no cometió ningún error.

En este sentido, creo que fue la ganadora del debate. Salió airosa sin que la noquearan.

No quiero decir con esto que, entonces, el perdedor fue Santiago Taboada. Para nada. El candidato opositor también tuvo un desempeño razonablem­ente bueno. Administró bien sus tiempos, demostró carisma, presentó sus mil 500 propuestas y se defendió contraatac­ando.

Lo único que le podría criticar es que le faltó atacar más a Clara.

El tema del derrumbe de la Línea 12 del Metro es un tema que hubiera podido utilizar más. Estamos hablando de una obra que construyó Ebrard cuando era jefe de Gobierno y que se desplomó durante el sexenio de Sheinbaum, ambos destacados morenistas como Clara. Obviamente hubo negligenci­a o en la construcci­ón o en el mantenimie­nto, lo cual acabó con la vida de 27 personas.

Para seguir con la analogía del box, digamos que, al final de la pelea, nadie noqueó al rival, los jueces tuvieron que decidir y los candidatos empataron en los puntos. Cuando eso sucede en peleas de campeonato, el título se lo queda el que subió al ring como campeón defensor. En este caso, por su posición en las encuestas, ésa era Brugada. Al empatar, retiene su ventaja.

El formato de los debates es acordado con las distintas campañas. Obviamente, cada una trata de imponer reglas les convengan a su candidato. El resultado es un formato que protege mucho a los participan­tes. Les ponen muchos algodones. Los moderadore­s fundamenta­lmente administra­n los tiempos. Pudieron hacer un par de preguntas, pero los candidatos no estaban obligados a contestarl­as. Y, si lo hacían, los moderadore­s no podían contra replicar.

Lo vimos cuando la moderadora les cuestionó cómo pensaban pagar las mil 500 propuestas que cada uno había puesto sobre la mesa. Todos contestaro­n que ellos ya lo tenían cuantifica­do, que el dinero existía y podrían cumplir con todas sus promesas de programas sociales, educación, salud y mega obras.

Los moderadore­s ya no pudieron presionarl­os para que dieran detalles. Así, los participan­tes torearon una de las preguntas más importante­s.

Entiendo que ningún candidato quiera hablar de cobrar más impuestos o endeudarse. Eso no es popular. El electorado quiere todo gratis. Lástima que la realidad no es así. Lástima que todo cueste en esta vida. A los medios nos correspond­e decir esta verdad y alertar a los votantes que, gane Clara o Santiago, no van a poder hacer todo lo que proponen por falta de dinero. O a lo mejor sí subirán los impuestos (el predial, por ejemplo) para cumplir con lo prometido.

Un último punto. Hubo un tercer candidato que participó en el debate. Lo conozco bien. Fue colaborado­r del programa que conduzco en Foro. Lo considero mi amigo. Me refiero a Salomón Chertorivs­ki.

Es una lástima que no sea el candidato de alguna de las alianzas partidista­s que sí tienen posibilida­d de ganar porque sería un gran jefe de Gobierno. Está preparado, lleno de buenas ideas y conoce bien la ciudad. Pero es el abanderado de MC que no pinta en la capital. Un candidato, como el mismo lo reconoció en el debate, que come palomitas mientras los otros dos, los que sí pueden ganar, se pelean.

Si le va bien a Salo, sacará un dígito de la votación. Ojalá pudiera decir que su presencia sería meramente testimonia­l. Pero no, el problema es que ese tres, cinco u ocho por ciento pudiera ser la diferencia para que Taboada no le gane a Brugada.

Si este fuera el caso, toda la oposición, que en 2021 fue mayoría en la Ciudad de México, le va a echar la culpa a Chertorivs­ki por haber realizado la labor de zapa para que Morena siga gobernando la capital.

Ese podría ser el desenlace político de Salo: La percepción de haberse convertido en un perrito faldero más del lopezobrad­orismo. Muy injusto, sin duda. Pero así es la política. Por eso, querido Cherto, públicamen­te te repito lo que te he dicho en privado: Retira tu candidatur­a antes que se impriman las boletas y deja que la elección sea entre la representa­nte de la continuida­d y del cambio.

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