REVELARÁN RAYOS CÓSMICOS SECRETOS DE KUKULCÁN
Para estudiar el interior de la pirámide, arqueólogos usarán una técnica no invasiva denominada “muografía”
Para crear debes ser consciente de las tradiciones, pero para mantener las tradiciones debes de crear algo nuevo”.
Carlos Fuentes
Periodista y escritor mexicano
Por fuera, con ese fenómeno de luces y sombras que simula el descenso de una serpiente cada equinoccio de primavera y otoño, la maravilla de un sitio como la Pirámide de Kukulcán, en Chichén Itzá, resulta evidente para sus miles de visitantes.
En su interior, por otra parte, las interrogantes siguen siendo tales que las entrañas del emblemático monumento, también conocido como El Castillo, aún son objeto de estudio para varios investigadores, como los que ahora buscan hacer una suerte de “radiografía” para contribuir al conocimiento del principal recinto de esta zona arqueológica en Yucatán, uno de los centros más importantes de la civilización Maya.
Se trata del proyecto internacional Muografía de Uso Arqueológico No invasivo (NAUM, por sus siglas en inglés), que a través de la física de partículas, haciendo uso de detectores de rayos cósmicos, intentará comprobar la existencia de una cámara oculta en la subestructura más profunda de las dos sobre las que se erigió esta pirámide de 30 metros de altura.
“Ya se conoce que hay una segunda subestructura, eso es un hecho. Nosotros lo que estamos tratando de encontrar es si esa segunda subestructura contiene también una cámara”, cuenta el físico Edmundo García Solís, profesor e investigador de la Universidad Estatal de Chicago (CSU, por sus siglas en inglés) y líder de este proyecto.
AL SERVICIO DE LA ARQUEOLOGÍA
Aunque pudiera pensarse que la exploración arqueológica tradicional sería lo más fácil para dar con dicha cámara oculta en la Pirámide de Kukulcán, García Solís recuerda que “a la antigua, los arqueólogos destruían”.
“Y esto es un patrimonio no solamente nacional, sino de la humanidad, que no se puede destruir”, remarca el físico de la CSU sobre el inmueble prehispánico en Chichén Itzá, zona arqueológica que en 1998 fue nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
De ahí el valor de un estudio no invasivo como el propuesto por el proyecto NAUM.
“La técnica que vamos a usar para este estudio se llama muografía, y está basada en la detección de muones que provienen de rayos cósmicos. Y con base en la detección del flujo de muones en la pirámide, nosotros podemos encon
trar cambios de densidad dentro de la pirámide; esto quiere decir que podemos encontrar huecos dentro de ella”, detalla García Solís.
Dichas partículas viajan por el Universo, atraviesan el medio interestelar y, al “bombardear” la atmósfera terrestre, se producen otras nuevas. En principio, los llamados piones, de cuyo rápido decaimiento resultan los ya mencionados muones, partículas cargadas penetrantes y que pueden detectarse en abundancia en determinadas condiciones.
En el símil de la radiografía, esta radiación de origen cósmico es el equivalente a los Rayos X con que un radiólogo toma la imagen de un hueso roto.