“Estaba parado, más o menos, donde le dieron el balazo”
Ex director de LA CRÓNICA de Grupo Healy relata su experiencia en Lomas Taurinas, durante el último mitin de Luis Donaldo Colosio
“En cuanto llegué a Lomas Taurinas me extrañó el lugar, me sorprendió.
“Pensé que no era seguro para ningún candidato y menos de ese nivel. Había que cruzar un canal de aguas negras y un puente de triplay… ¿por aquí va a pasar el candidato?, pensé”.
Así recuerda Adolfo Sánchez Rodríguez, entonces director ejecutivo de LA CRÓNICA, la primera impresión que tuvo al llegar el 23 de marzo de 1994 a Lomas Taurinas antes del inicio del mitin del candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Sánchez Rodríguez recuerda que ese día fue a Tijuana porque el director general iba a acompañar a Colosio de La Paz, Baja California Sur, a Tijuana. Durante el vuelo lo iba a entrevistar, pero por alguna razón no se subió al avión y explica que él se fue a Tijuana.
Ya estando en Tijuana, comentó Sánchez, se dirigió a Lomas Taurinas.
“Veo el sitio y era una bajada, al llegar abajo era un cañón”.
“Acostumbrados a la fantasía, pensé que se lo podían echar (matar)”, dijo.
Pasaron los minutos y llegó Colosio, donde encabezó el mitin en su primera visita a Baja California como candidato del PRI.
Sánchez recordó que durante ese acto estuvo cerca de donde Colosio ofrecía su discurso.
“En aquel año, como tengo un problema (de salud) yo usaba bastón. Cuando iba a terminar el evento pensé que si venían todos hacia la salida me iban a arrollar”.
Por ese motivo se movió del sitio para evitar algún empujón.
De repente, “oí una detonación, no oí dos, y la música de ‘La Culebra’ a todo lo que daba.
“Nadie sabía lo que había pasado y la gente empezó a correr, unos para alejarse y otros para acercarse”.
La situación se volvió un caos porque rápidamente empezaron a decir que le habían pegado a Colosio con un palo.
Aunque estaba cerca de donde estaba el candidato herido, no lo alcanzó a ver porque la gente se arremolinó.
Fue entonces cuando se dio cuenta de lo ocurrido minutos antes: “Yo estaba parado más o menos donde le dieron el balazo”.
El que le tomó la foto fue Alberto de la Hoya, comentó Sánchez, una imagen que recorrió todo el mundo: Colosio herido de muerte en brazos de sus ayudantes, quienes desesperados atraviesan el puente de triplay casi corriendo en busca de un vehículo para trasladarlo al hospital.
Sánchez dijo que en el sitio no había ambulancia y a Colosio, entre confusión y caos, se lo tuvieron que llevar en la Suburban de uno de los asistentes.
Tras la confusión inicial, dijo, cada uno de los reporteros de LA CRÓNICA sabía qué hacer. Ahí estaban Alberto de la Hoya Mazón, Sergio Haro Cordero (QEPD) y Celina García Montoya.
“De ahí a correr todo mundo al Hospital, a la Policía para ver qué sucedía” con Colosio y con el detenido, el entonces desconocido Mario Aburto Martínez.
Más tarde, cuando se anunció la muerte de Colosio, Sánchez y los reporteros de LA CRÓNICA se fueron al aeropuerto porque iba a llegar el procurador general de la República Diego Valadez y Manlio Fabio Beltrones, entonces gobernador de Sonora.
Vieron llegar el avión, pero los personajes no bajaron del avión, hasta que llegó Diana Laura Riojas, la viuda de Colosio, acompañando el féretro.
Sánchez señala que él y los reporteros no durmieron en toda la noche. Ya con las fotografías de Haro y De la Hoya impresas, los periodistas de otros diarios querían que se las compartieran.
FOTOS E INVESTIGACIÓN
Sánchez Rodríguez señala que algunas de las fotografías de LA CRÓNICA dieron la vuelta al mundo.
“Nos ofrecían dinero por ellas y decidimos no aceptar dinero, sino que nos dieran crédito al periódico y al fotógrafo.
Todo el material fotográfico fue revisado para tratar de establecer cómo había ocurrido el atentado contra el candidato presidencial.
Sánchez Rodríguez señaló que la Procuraduría General de la República (PGR) pidió por medio de oficio todo el material fotográfico, tanto imágenes impresas como los negativos.
Incluso, a la PGR le interesó una foto donde antes de empezar el evento estaba Aburto.
Sobre el crimen, Sánchez Rodríguez no tiene duda que fue un asesino solitario.
Aunque “él solito no pudo preparar el escenario, escoger el lugar y el momento”.
Ahora, a 30 años de distancia, el entrevistado concluye: “Las enseñanzas que me dejó todo, fue la velocidad de respuesta y autogestión (de los reporteros y fotógrafos de LA CRÓNICA), se hizo un trabajo muy completo”.
Todo eso llevó al periódico a subir el tiraje de un día para otro, recordó.