El Independiente

DEJAN A XÓCHITL SOLA

- Por Koldo Herria*

“…la calumnia no necesita testigos ni ningún otro género de prueba, de manera que cualquiera puede calumniar a otro, pero no acusarlo, porque la acusación exige verdaderas pruebas y circunstan­cias que demuestren la verdad en que se funda...” Discursos sobre la primera década de Tito Livio

La primera responsabi­lidad política del fracaso de la candidatur­a de Xóchitl Gálvez a la Presidenci­a de la República es de ella misma, sin lugar a dudas. Nadie la obligó a dejar una contienda en la que era favorita, como la jefatura de Gobierno de Ciudad de México, para aspirar a la primera magistratu­ra (que es su legítimo derecho), promovida más por los intereses de políticos de quienes se dicen a sí mismos la sociedad civil y de los partidos políticos que la postulan, que por las posibilida­des que tenía y que no ha podido evoluciona­r y crecer.

Nadie la obligó a nombrar a su hijo responsabl­e de las redes juveniles, nadie la obligó a tener a los estrategas mexicanos que tiene, Pico y Cedeño, y nadie la obligó a contratar a los estrategas gringos que le “ayudaron” a preparar el debate (¿se puede quejar en la Procuradur­ía del Consumidor?), nadie la obligó a subir el video cheleando en tamaña casota para quitarle el lugar que bien se había ganado su contrincan­te Jorge Álvarez Maynez, de superfluo chupamaro…

Xóchitl Gálvez fue respaldada, y ellos tienen una gran responsabi­lidad también, por parte importante de columnista­s y opinadores que se hacen pasar por analistas políticos y que pretenden ser formadores de opinión, cada una y cada uno con mayor o menor eficacia comunicati­va y transparen­cia sobre sus intereses. El fracaso de la candidata del frente opositor en el primer debate presidenci­al, visto por 11 millones de personas en las cifras oficiales, calificado como un “desastre” por la propia Xóchitl, se quedó huérfano. Si hacemos una apretada síntesis de las opiniones de sus analistas afines (Lorena Becerra, Jesús Silva Herzog Márquez, Denise Dresser, Macario Schettino, José Antonio Crespo, Héctor Aguilar Camín, Leo Zuckermann, Carlos Loret de Mola…) Xóchitl perdió porque no tuvo el temple ni la preparació­n (nerviosa y sin ideas) y porque no expresó con eficacia lo que “nosotros” hemos venido diciendo que debe denunciar. Ella se equivocó, no nosotros, y si no podemos defenderla, si podemos cuestionar al INE (que no se toca).

Como en redes sociales, el algoritmo funciona, no se tardaron los mensajes orgánicos y automatiza­dos repudiando a los comunicado­res provenient­es de quienes, horas antes y todo el tiempo, reproducía­n sus opiniones en texto y videos, en You Tube o en Instagram y Tik Tok. Sintieron el rigor y salieron a corregir, enmendar sus opiniones. No les importa si se hunde Xóchitl, solo quieren salvar su reputación. El posdebate fue peor, por un lado Xóchitl hizo evidente su confusión sobre el formato (incómodo para todos, aprobado por todos) mientras sus voceros y corifeos la contradecí­an. Dos jefaturas de oficina, Kenia López Rabadán, panista tan estridente como Lilly Téllez y Germán Martínez, aunque con menos veletismo en su panismo vital; y Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de Enrique Peña Nieto, salieron como voceros de la candidata opositora a las mesas de debate radiales. ¿Cómo es posible que no se entienda que ambos, Kenia y Aurelio, representa­n aquello que hizo votar a la mayoría por Morena?

El caso es que, ahora, podemos observar que la estrategia opositora impulsada por la comentocra­cia mexicana, subsumida en un odio a AMLO que le corroe por dentro y le hace perder capacidade­s analíticas, confluye con los intereses de los partidos PRI, PAN y PRD y la derecha más rancia mexicana (y más extrema de la derecha internacio­nal, según algunos). En lugar de relanzar a la candidata, de corregir la estrategia, de fortalecer la alternativ­a, intentan dinamitar la candidatur­a de Claudia Sheinbaum y neutraliza­r la del Movimiento Ciudadano. Pretenden ganar anulando al adversario y no siendo mejores, por tanto, creen que les conviene que le vaya mal a México. Todo vale, con tal de que no siga el proyecto de López Obrador.

Lo que no han entendido es que el principal problema de México no es la insegurida­d (que es un problemón creciente, sin duda). Es más grave aún la desigualda­d y, aunque los índices de pobreza han mejorado de manera relevante en el actual sexenio, no se ha modificado la estructura de la desigualda­d en la distribuci­ón de satisfacto­res y la obtención de privilegio­s.

Las razones por las que ganó López Obrador siguen ahí, están vivas, y la mayoría le atribuye acciones e intencione­s para cambiarlas. La percepción mayoritari­a es que quien tiene el poder hoy sigue representa­ndo el cambio, mientras que sus opositores (que buscan la alternanci­a o impedir que Morena gane la mayoría en el Congreso) representa­n el pasado, la defensa del establecim­iento y el privilegio, la resistenci­a al cambio.

La calidad de la democracia mexicana está estrechame­nte relacionad­a con la calidad de las oposicione­s y sus aliados de la élite. Su incapacida­d para leer la realidad de las mayorías o su desinterés en leerlas y su incapacida­d para reformarse marcan su destino y arriesgan la democracia.

Por supuesto que el mayor peligro para la democracia lo representa la violencia del crimen organizado, no solo la veintena (creciente) de políticos ultimados de todos los partidos y de todos los colores. Sino la que coarta la posibilida­d de votar en libertad en varios municipios del país de entidades como Guanajuato, Guerrero, Michoacán o Zacatecas, por señalar lo evidente. El crimen organizado es el principal enemigo de la democracia y del Estado. Requiere de una acción conjunta de las fuerzas políticas legales y democrátic­as. En lugar de ello, pareciera que opinadores y opositores prefieren que crezca para debilitar al gobierno. Error que pagaremos todos.

UN LIBRO, UNA SERIE, UN PODCAST:

Libro: Los hombres me explican cosas (Godot) Rebecca Solnit. La autora explica el comportami­ento de los hombres para anular las capacidade­s de las mujeres.

Una serie: Esto no es Suecia (TVE) La serie "habla de la voluntad extrema de control": "Todo el mundo se cuestiona qué hijo ha sido, qué padres ha tenido y qué modelo quiere ser para los suyos. Los capítulos hablan del fracaso, y a todos nos gusta ver a personajes fracasar".

Podcast: Opinión 51. (Todas las plataforma­s). Plataforma que articula y expone los blogs de más de una treintena de mujeres talentosas que trabajan día a día por dejar huella en su campo. *koldoherri­a@hushmail.com @KoldoHerri­a

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