ZALDÍVAR Y SU LEGADO DE CORRUPCIÓN
Cuando Lorenzo Córdova dejó la Presidencia del Instituto Nacional Electoral y se incorporó a la lista de columnistas de Latinus, el oficialismo reprochó su actuar y pretendió manchar todo su actuar como funcionario público.
Cuestionaron su imparcialidad y argumentaron que todo se trató de un proceso poco ético.
Záldivar, por su parte, sin concluir su periodo de 15 años como Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sorprendió a todos renunciando de la nada a su cargo sin mayores explicaciones.
Horas más tarde, se publicaría una fotografía del Ministro a un lado de la candidata del Presidente, Claudia Sheinbaum, anunciando su nuevo trabajo: crear la reformar con la cual, la cuarta transformación destruirá el último bastión de nuestra democracia: el poder judicial de la federación.
Ante ese cambio, el oficialismo aplaudió, reconoció la congruencia con los “principios de la transformación” y, fieles al manual obradorista, dijeron que era distinto el caso Zaldívar al de Lorenzo.
NO SOMO IGUALES, GRITARON Y LISTO.
Desde entonces, Zaldívar se ha convertido en un personaje intolerante, que ante las exhibiciones y cuestionamientos se enoja, grita y cuando se ve acorralada por la realidad que le restriegan, responde con el ya clásico “Genaro García Luna…” o “¿cuánto gana Loret?”.
Sin embargo, a pesar de las críticas que se ha ganado por los integrantes del poder judicial a quienes alguna vez representó, así como del gremio de abogados a nivel nacional, Zaldívar lograba sostener su legado como Ministro basándose en el sentido de sus sentencias las cuales, debemos reconocer, fueron un baluarte para las libertades de las personas.
A pesar de ello, el verdadero legado de Záldivar se ve manchado por el escándalo que el propio Andrés Manuel admitió y confesó a nivel nacional: reconoció que le marcaba al entonces Ministro Zaldívar para darle la línea que se tenía que adoptar en ciertos casos judiciales de alta importancia para el Presidente.
Zaldívar negó esos hechos, trató de decir lo que el presidente “quiso decir”, al más puro estilo del vocero de Vicente Fox.
Pero ahora, los “simples” dichos del presidente retoman relevancia con lo narrado en la denuncia anónima con la cual, el Consejo de la Judicatura Federal ha instruido iniciar una investigación en contra de los colaboradores más cercanos a Zaldívar.
El verdadero legado de Záldivar se ve manchado por el escándalo que el propio Andrés Manuel admitió y confesó a nivel nacional: reconoció que le marcaba al entonces Ministro Zaldívar para darle la línea que se tenía que adoptar en ciertos casos judiciales de alta importancia para el Presidente
Los funcionarios investigados son Carlos Antonio Alpízar, quien fue secretario general de la presidencia del CJF, Edgar Manuel Bonilla del Ángel, ex titular del Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles y, Netzaí Sandoval Ballesteros quien fuera director del Instituto Federal de la Defensoría Pública.
En la denuncia mencionan nombres y apellidos de jueces y magistrados que recibieron presiones, amenazas e incluso, extorsiones por parte de estos exfuncionarios para dar fallos favorables al gobierno federal.
De la misma manera, sostiene el escrito anónimo que esos mismos funcionarios ofrecían recompensas a los magistrados y jueces que accedían a sus peticiones, otorgándoles mejores puestos y adscripciones como “agradecimiento”.
Los narrado en la denuncia anónima confirma lo que Andrés Manuel admitió: Arturo Záldivar acataba la línea que le ordenaban en Palacio Nacional.
Sumado a lo anterior basta ver la lista de resoluciones que Zaldívar siendo presidente de la Corte metió a la congeladora misma que, da la casualidad, eran de alta relevancia para MORENA.
Así, el legado de Zaldívar será el estela de corrupción por su paso en la Presidencia de la Corte y como se volvió un sicario judicial de la Cuarta Transformación.