El Independiente

PIÑA PERDERÁ LA SCJN; CLAUDIA TENDRÍA 7 MINISTROS

- CARLOS RAMÍREZ

La decisión política de la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña Hernández, de abrir una lawfare --guerra judicial-contra su antecesor Arturo Zaldívar Lelo de Larrea fue un acto de desesperac­ión que no podrá evitar lo inevitable: si la candidata oficial Claudia Sheinbaum Pardo gana las elecciones, tendrá la facultad de designar cuatro nuevos ministros de la Corte entre diciembre de 2024 y diciembre de 2027 y sumar una mayoría de siete togados leales del total de once.

La Suprema Corte se enfila hacia una parálisis en dos escenarios, si Sheinbaum gana las elecciones:

1.- La 4-T tiene hoy tres ministros leales; necesita una cuarta toga para sumar cuatro y bloquear la mayoría de ocho ministros para aprobar controvers­ias.

2.- La próxima presidenta tendrá posibilida­des de designar a cuatro ministras: una en diciembre de este año, otra en 2025 y dos en 2027. Sumaría siete, pero le faltaría uno para los ocho mínimo que se requieren para mayoría de controvers­ias.

La clave está en la ministra Ana Margarita Ríos Farjat, quien llegó a propuesta de López Obrador, pero volteó bandera

contra la 4-T.

En todo caso, los siete ministros de Claudia --si gana las elecciones-- sólo podrían servirle para bloquear controvers­ias y anular a la ministra presidenta e

impedirle su reelección en dos años.

En este sentido, la ministra presidenta Piña Hernández pareció no tener más que dos posibilida­des: dinamitar la estructura del Poder Judicial lanzando toda la jauría mediática con el caso Zaldívar o seguir a las reglas del juego político de no embarrar a la Corte en jaloneos de grupos de poder. Piña Hernández

empantanó a la Corte en una guerra política entre poderes.

Lo malo para la ministra Piña Hernández fue su insensibil­idad para darle una lectura estratégic­a a la correlació­n electoral de fuerzas políticas: la candidata oficial Sheinbaum ha encabezado las tendencias electorale­s con un porcentaje de 45%-60%, sin que la opositora Gálvez Ruiz haya representa­do algún indicio de competenci­a real, sobre todo porque no pudo construir un bloque opositor entre los desprestig­iados partidos del PRIANREDE y la clase media alta que sigue viendo con desprecio el enfoque populista basado en la protección de grupos desplazado­s y dependient­es.

Entre diciembre de 2024 y diciembre de 2027 terminarán su gestión como ministros de la corte Luis María Aguilar Morales, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Alberto Gelacio Pérez Dayán, los cuatro ministros propuestos por el presidente Felipe Calderón Hinojosa. El primero termina su gestión en diciembre de este año, el segundo agota su periodo en febrero de 2026

La ministra Piña Hernández tenía márgenes de maniobra para administra­r la denuncia anónima contra el ministro Zaldívar hasta después de las elecciones, pero tomó la decisión política de estallar el escándalo después del fracaso de Xóchitl en el debate y ante la tendencia electoral que beneficia a la 4T

y los dos restantes entregarán su toga en diciembre de 2027. Las opciones son cortas: la designació­n consensuad­a del Senado con la presidenta de la república o por dedazo si la mayoría legislativ­a no completa la mayoría calificada como ocurrió con Batres Guadarrama.

Si se quiere resumir la verdadera disputa político-electoral de 2024, habría que centrar la atención en dos mayorías en disputa: la mayoría calificada en las dos cámaras legislativ­as con la meta de 67% de curules y la mayoría de

ocho ministros de la Corte; en el legislativ­o, López Obrador y Morena tienen hoy en día el

53% de los asientos, suficiente­s para la aprobación de leyes; y en la Corte Morena cuenta con tres ministros: Yazmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf y Batres Guadarrama, pues la ministra Ana Margarita Ríos Farjat fue promovida por López Obrador pero se sumó ya a la mayoría anti 4-T.

La ministra Piña Hernández tenía márgenes de maniobra para administra­r la denuncia anónima contra el ministro Zaldívar hasta después de las elecciones, pero tomó la decisión

política de estallar el escándalo después del fracaso de Xóchitl en el debate y ante la tendencia electoral que

beneficia a la 4-T. Y la ministra presidenta se metió en un conflicto muy grave porque ahora tiene la obligación moral y política de abrir investigac­iones sobre todos los exministro­s de la Corte con sospechas de haber utilizado su cargo como trampolín político, sobre todo a la hoy exministra jubilada Olga Sánchez Cordero, senadora y exsecretar­ia de gobernació­n de la 4-T.

En el contexto de la ventaja electoral de Sheinbaum no se entendió la jugada política de la ministra presidenta de la Corte de lanzarse contra del presidente López Obrador y contra Zaldívar ya en funciones clave en el gobierno actual y en el equipo de campaña de la candidata Sheinbaum.

Con cuatro ministras de las 4-T este año --y tres más en curso-- y marcada por una lawfare

contra el grupo lopezobrad­orista, la ministra presidenta Piña Hernández quedará inutilizad­a justo a la mitad de su periodo de cuatro años al frente del Poder Judicial.

Política para dummies: la política es una guerra de posiciones y de trincheras.

El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

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Foto: Cuartoscur­o
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