TRUMP, PODER JUDICIAL A MODO
Donald Trump cuenta con un Poder Judicial comprometido para protegerlo de su responsabilidad por sus presuntos delitos, también se suma una parte del gobierno federal dedicado a fabricarle coartadas, y lo que necesite, en su camino a la presidencia, cargo que busca, aunque no sea “apto” para desempeñarlo pues “su falta de contrición y remordimiento raya en lo patológico”.
Sus crímenes contra la Constitución y la seguridad nacional son incuestionables, y la respuesta de la Corte Suprema es de mala calidad, aunque cumple con el deseo de Trump de consumir el tiempo para llegar a las elecciones, y cuando llegue el momento, inclinar la balanza a su favor de nueva cuenta.
Charles P. Pierce en su artículo “La verdad sobre Donald Trump que solo ven los tribunales” publicado por la revista Esquire, muestra cómo Mitch McConnell, líder de la minoría republicana en el Senado, deja el cargo no sin antes dejar un Poder Judicial Federal hecho a modo del ala conservadora de su partido, y claro, uno de los beneficiarios inmediatos es Donald Trump hoy candidato a la presidencia y metido en procesos legales complicados.
Nada quedó pendiente, hasta los tribunales federales inferiores quedaron atrapados en un cuadro político reaccionario.
Pierce señala que McConnell “prometió no dejar ninguna vacante”, ni una sola en el Tribunal de Circuito en ninguna parte de la nación por primera vez en al menos 40 años.
Y se salió con la suya, con el nombramiento de la jueza Amy Coney Barrett obtuvo la mayoría conservadora de 6-3 en el alto tribunal.
Fue un triunfo total, una victoria en la cual contribuyó Leonard Leo, un activista conservador que ayudó a recaudar 250 millones de dólares de donantes para promover jueces y causas conservadoras.
Quizá nadie se da cuenta del tipo de transformación que “estamos empezando a ver” dijo Leo en un momento en que Trump y McConnell estaban remodelando los tribunales federales, mediante la instalación de jueces conservadores en la Corte Suprema, “pocas personas tienen más influencia en los nombramientos judiciales ahora que Leo”, señaló el WPost.
En los últimos años, todo este esfuerzo se ha utilizado para proteger a Donald Trump de la responsabilidad por sus presuntos delitos y faltas en el cargo presidencial.
El poder judicial federal se parece a un coche con el escape trucado.
Un tercio del gobierno federal se ha utilizado para producir coartadas, y los otros dos tercios se deleitan en una ignorancia sublime y erudita de lo que sucede alrededor, dice Pierce.
Por ejemplo, la Corte dictaminó que los estados ya no tienen el derecho independiente bajo la 14 enmienda de mantener a los insurrectos fuera de la boleta electoral. Peor aún, se negó a pronunciarse si el expresidente era realmente un insurrecto.
Y en Florida, la jueza Aileen Cannon, nombrada por Trump, destroza el caso sobre los documentos clasificados y que fueron escondidos por el exmandatario.
Los tribunales federales se entretienen en contestar preguntas sobre los poderes de la presidencia, protocolos de seguridad nacional, etc., a la vez que el reloj avanza devorando el tiempo rumbo a las elecciones.
La situación hasta marzo de 2024 es realmente impresionante. Donald Trump ha sido acusado de agresor sexual, de mentiroso y de fraude cuya carrera empresarial ha sido un “juego de sombras criminal”. Sus multas en los casos civiles ya perdidos suman 450 millones de dólares.
A la escritora E. Jean Carroll le debe 83,3 millones de dólares por haberla agredido, al estado de Nueva York le debe 355 millones de dólares por haber dirigido una fábrica de fraudes en lugar de una empresa real.
Son juicios reales por crímenes contra personas reales, no se trata de ofensas a la democracia ni faltas a los protocolos de seguridad nacional. Son crímenes reales.
Estos veredictos pueden representar la justicia final sobre Donald Trump, después de todo es evidente que no es apto para ser presidente (aunque lo fue).
En febrero de 2024 cuando el juez de la Corte Suprema de Nueva York, Arthur Engoron dejó caer el martillo, habló en nombre de todas las personas a las que el republicano había defraudado: “Su completa falta de contrición y remordimiento raya en lo patológico … Donald Trump testificó que, incluso hoy, no cree que la Organización Trump necesite hacer ningún cambio basado en los hechos que salieron a la luz durante este juicio”.
Los crímenes contra la Constitución y la seguridad nacional son incuestionablemente graves, y la respuesta de la Corte Suprema ha sido incuestionablemente de mala calidad, afirma Pierce, es todo lo que McConnell deseaba y es por lo que pagó Leo.
Por mucho que fuera un peligroso fracaso como presidente, Trump fue juzgado como “no apto para las transacciones humanas cotidianas”. Ese fue el peor de sus fraudes.
Y, aun así, busca la presidencia y al parecer se encamina hacia la Oficina Oval, sin importar su personalidad “patológica”.
La situación hasta marzo de 2024 es realmente impresionante. Donald Trump ha sido acusado de agresor sexual, de mentiroso y de fraude cuya carrera empresarial ha sido un “juego de sombras criminal”. Sus multas en los casos civiles ya perdidos suman 450 millones de dólares.