MANCERA Y EL DISTRITO 7 EN GAM
La primera pregunta que viene a la mente es por qué el ex jefe de Gobierno de la CDMX y hoy senador, Miguel Ángel Mancera eligió el Distrito VII electoral federal para ser candidato a diputado por la coalición Va X la Ciudad de México (PAN, PRI y PRD), una zona nada fácil para la oposición, en donde Morena domina.
Precisamente, me dice Mancera, es el reto de que ahí no ha ganado en las dos últimas elecciones el PRD, y que el trabajo que se haga para ganar permitirá además aumentar la votación para la coalición. Pero sobre todo, tiene que obtener su curul, porque es su supervivencia política, su futuro y, probablemente, su libertad.
Necesita ser diputado federal, tener fuero, y sus posibilidades de lograrlo son amplias. No tiene de otra, porque en el escenario bastante probable de que gane la Presidencia Claudia Sheinbaum, sabido lo vengativa que es, puede emprender una persecución en contra de Mancera.
Cuando él era jefe de Gobierno, ella era delegada en Tlalpan, y Mancera para nada que le ayudó –sino al contrario– a ser tapadera de la responsabilidad política de la administración de Sheinbaum en el caso del derrumbe del Colegio Rébsamen, en donde les permitió construir dos niveles más en su edificio principal, sin que tuviera cimientos para ese peso. El terremoto de 2017 derrumbó esa edificación y fallecieron 19 menores y 7 adultos. Por siempre quedó manchada la historia política de Sheinbaum.
Para optar por el Distrito 7, Mancera revisó su aportación a esa zona de la ciudad durante su administración, cuando encabezó el Gobierno capitalino, entre 2012 y 2018. Ahí cumplió muchas de las cosas que en su momento les solicitó la gente: transporte –tres líneas del Metrobús–, una planta de rebombeo; en lo cultural el faro de Aragón, la universidad Rosario Castellanos –que tanto presumen ahora como suya los de la 4T–, una preparatoria en Cuautepec. También remodelación de mercados, se concluyeron vialidades y accesos a la Plaza Mariana, el rescate de una parte importante del enorme Bosque de Aragón –que ya no continuó Sheinbaum–, pero que aún se puede retomar.
La gente recuerda todo esto, se lo mencionan en las calles, es bien recibido en sus recorridos por mercados, plazas comerciales, sitios de reunión familiar, merenderos, taquerías, encuentros con vecinas, vecinos para escuchar las necesidades en todo el territorio, por cierto, muy descuidado durante los 6 años que Morena lo ha gobernado. También le ayuda la estructura política que conserva ahí Nora Arias, hoy presidenta del PRD y delegada entre 2012 y 2015.
En ese distrito, el hoy candidato de Morena a la Alcaldía, Janecarlo Lozano, perdió en 2018, postulado por el PRD, contra Beatriz Rojas, de Morena, quien tuvo 103 mil votos, y él 62 mil. Rojas se reeligió de forma apretada en 2021, con 81 mil votos, contra 78 mil de Maricela Gastelu, quien ahora es la candidata de la coalición a la Alcaldía. La diferencia fue de menos del 2%. Esta vez, Rojas no contenderá y estará de brazos caídos, porque todo su grupo político, empezando por su esposo Francisco Chíguil, terminó muy molesto por la imposición de Lozano como candidato de Morena.
Esos datos históricos y la fractura en Morena permiten perfilar un escenario de amplias posibilidades de ganar para Mancera, quien por cierto también va de candidato plurinominal, pero para que obtenga su curul por esa vía, dependerá de que el PRD conserve su registro con el 3% de votación nacional. Lo veremos.