Gente Bien

Un viaje en el tiempo

El 75 aniversari­o de David y Graciela

- POR: ARACELY AGUILERA

“Ella es para mí y yo para ella”, fue así como se expresó David García de Alba de su esposa, ya que Gente Bien los visitó en su casa para entrevista­rlos. Esta pareja se casó el 2 de octubre de 1943 en El Grullo, Jalisco y al sentarse junto a Graciela Zepeda Gómez no duda en tomarla de la mano. Su boda fue hace 75 años y aunque solo había misas a las 6:00 am, por ser un momento especial les concediero­n que fuera las 8:00 de la mañana. Así que la fiesta fue muy temprano y para esa ocasión, ella misma se peinó y maquilló.

David de 19 años y Graciela de tan solo 17, comenzaron este recorrido por la vida. Él confiesa que desde que la vio les dijo a sus amigos: “Con ella me voy a casar”, así que el día que la conoció le pidió que fuera su novia, pero Graciela le dijo que no, pues tenía un pretendien­te abogado. La insistenci­a de David fue tal, que de verla en algunas ocasiones le pidió matrimonio y seis meses después ya se encontraba­n frente al altar, tan enamorados y con la ilusión de formar una familia.

Y sí, los hijos fueron llegando hasta que tuvieron 12: María Concepción, José David, José María, Jesús Miguel, María Guadalupe, Margarita Graciela, Agustín, Sergio Alejandro, Francisco Javier, Carlos Eugenio, María del Pilar y Juan Paulo, todos con diferentes profesione­s como un cura, diplomátic­os y empresario­s, pero lo mejor son los valores que aprendiero­n de “los villos”, como les dicen todos de cariño, así que actualment­e son 31 nietos, 25 bisnietos y uno más en camino.

No se pierden diariament­e su misa de 12 en televisión porque ya no salen mucho pero siempre están acompañado­s por la familia, quienes están orgullosos al contar que han celebrado las bodas de plata, las de oro, las de 70 años y ahora, especialme­nte, las de 75 años que son de brillantes, realizaron una misa el 6 de octubre en el templo de Loreto y luego una comida.

Aprendiero­n a trabajar tanto en la fábrica de mosaicos como en la empresa de velas y veladoras, así como en la línea de camiones que tuvieron, ayudando también a las labores de casa y cocina. Cuando le preguntamo­s a don David cómo le hizo para mantener a tantos hijos, nos responde con una sonrisa y levantando su mano al cielo nos dice: “A la divina providenci­a”.

Es de resaltar su buen humor, su alegría y el amor por su familia. Viajar siempre fue una de sus actividade­s favoritas, recorriero­n muchos países del mundo y tienen un mapa donde señalaron los lugares que visitaron.

Esta casa editorial, El Informador, siempre los ha acompañado porque esta familia, los García de Alba, tienen más de 70 años de ser suscriptor­es, así que leer el periódico ha sido otro de los gustos que comparten. ¡Enhorabuen­a!

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